Tu imagen resulta de tres componentes: reputación o historia, presencia o apariencia y discurso o lo que dices. Puedes cambiar o reforzar tu reputación administrando efectivamente la presencia y el discurso. Tienes, entonces, las herramientas básicas para conseguir los objetivos trazados utilizando estos puntales.
Para empezar, es necesario despojarse de toda individualidad, en el entendido de que la conducta, motivaciones personales y sentimientos pertenecen a la psicología y la siquiatría. La condición personal se revela en los contactos habituales o causales de todo con el prójimo. Sobre todo en grupos primarios, naturales o adquiridos, a saber, la familia, amigos, vecinos, compañeros de estudios y lugares de trabajo.
Vayamos a los públicos, que de eso se trata. El parentesco, la organización política, los deportes, las costumbres, el orden legal y los ritos religiosos son variables antropológicas que dan cierta homogeneidad a los públicos, conformados y segregados de acuerdo a las necesidades, pasiones, temores y aspiraciones de cada individuo. En tanto acciones colectivas, son puestas en marcha las relaciones públicas como instrumento, si no aglutinante, sí persuasivo, echando a un lado el uso de la fuerza. La voluntad y el libre albedrío se manifiestan.
Se trata, por supuesto, del mismo individuo en diferentes estadios. De ahí que toda estrategia en este campo se auxilie de la sociología, la antropología, las relaciones humanas y otras disciplinas asociadas. No es posible concebir una sociedad sin personas ni una persona sin sociedad.
A un conjunto de personas estrechamente relacionadas por intereses, sentimientos y afinidades se le da la calificación de público. La definición puede ser taxativa y limitante, como lo es toda definición, pero facilita y organiza el proceso, comprendiendo el área en que esté en enmarcado. Referido a los intereses políticos, religiosos o comerciales, cada publico representa un blanco objetivo de acuerdo a sus demandas (no pocas inducidas, lo cual es uno de los grandes retos de este oficio).
Del mismo modo, el concepto sujeto de estudio contiene en él mismo la calidad de ser una cosa de dominio e interés público. Lo contrario corresponde al ámbito íntimo y privado, fuera de la competencia de la materia. Por tanto, lo que no es de dominio público deja de ser parte de la imagen, punto nodal en esta exposición. La parte es siempre representativa del todo, y al revés. De ahí la representatividad como factor esencial en la tarea de posicionar una marca. Como decir de una imagen.