Por: Eduardo Álvarez
Fait accompli. Las oficializadas relaciones diplomáticas entre nuestro país y China cierran un proceso de gestión y negociaciones iniciado en 1993 con la apertura de la Oficina de Desarrollo Comercial de la RPCh en el país. Estoy al tanto de ello desde sus inicios, como asesor, relator e interventor. Con sus altibajos y pausas, no faltaron pasos bien ponderados, dilatados e imprudentes. Joaquín Balaguer, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina manejaron el asunto a su manera y estilo, pero sólo Fernández y Medina tomaron la iniciativa.
Taiwán es el único afectado por la decisión producida finalmente. Consciente de esta realidad hizo ingentes esfuerzos, con un manejo táctico, dañado finalmente por un comportamiento poco prudente de su presidenta Tsai Ing-weng, en este sentido, al violar un tácito acuerdo de respeto y discrecionalidad entre el continente y la antigua isla de Formosa. Para nadie es un secreto que ambas partes habían logrado un buen y provechoso acercamiento seis o cinco años antes de la elección de Tsai Ing-wen en 2016. Entendimiento que favorecía, indudablemente, a Taiwán en su afán por preservar los pocos países que le quedan como aliados, Dominicana entre ellos, hasta esta semana. La RPCh rechazó, incluso varias solicitudes de relaciones diplomáticas para respetar lo acordado, incluyendo la nuestra un par de veces.
Como candidata, la señora Tsai basó su campaña en ataques a China y su política de reunificación. Desafío que las autoridades chinas excusaron bajo la premisa de resultar en medio de una campaña electoral. Superada esta prueba, meses después, la mandataria volvió a meter la pata de manera espectacular cuando llamó a Donald Trump para felicitarlo por su elección como presidente de los Estados Unidos. EEUU no tiene relaciones con Taiwán. Craso error que China no pasó por alto. Este sería, por tanto, la gota que rebozó la copa y puso fin al acuerdo arribado años antes.
Informes de buenas furentes revelan que, tanto Leonel como Danilo, intentaron antes establecer relaciones con China entre 2011 y 2013, pero sus solicitudes fueron aplazadas o declinadas momentáneamente para no presionar a Taiwán. Los errores de su mandataria se reflejan ahora, aquí y en Panamá, los últimos en abandonarla para aprovechar las ventajas que ofrece estar aliados al amplio mercado que maneja el gigante asiático, la segunda economía del planeta.
Así las cosas, apenas quedan veinte países, de los 193 miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pendientes de establecer relaciones diplomáticas con China. Primero, tienen que romper con Taiwán, que no es miembro de la ONU, reclamada por China como una de sus provincias.
Las relaciones RPCh-RD rescatan un antecedente en esta materia, como la acreditación de un ministro consejero chino en República Dominicana, de acuerdo a datos obtenidos en la obra Política Exterior Dominicana 1844-1961, escrito por Mu-Kien Sang Beng. Refiere el Tratado de Amistad firmado el 11 de mayo de 1940, en Ciudad Trujillo. Tres años después, en 1943, el ministro consejero de la República de China, acreditado en Cuba, presentó credenciales ante el gobierno dominicano (del libro China, el ascenso del dragón, de Luis González). Sin embargo cuando Mao Tse Tung proclama la República Popular China (RPCh), Trujillo decide establecer relaciones con la Taiwán de Chiang Kai Check.
El comercio entre China y Latinoamérica creció en un 47%, durante el primer trimestre del presente año, sin que República Dominicana se haya favorecido de un mercado que procura suplirse de materia prima y productos procesados en esta región. Las operaciones de compra y venta rondan los 47,900 millones de dólares en estos tres meses. China mantenía un intercambio comercial con Dominicana calculado en 1,400 millones de dólares hace más de un lustro, y se espera que mejore con el turismo, la música, el café y el ron procedente de nuestro país, de acuerdo a Li Dong, un representante de la Oficina de Desarrollo Comercial de la RPCh, en el acto de apertura de la casa de China, celebrado el 31 de octubre del 2011.
El salto en las relaciones bilaterales ha sido cualitativo y cuantitativo. Sin embargo, la falta de relaciones diplomáticas limitó seriamente la participación de nuestro país en una avenida comercial con amplias posibilidades. Podemos vender a China mucho más ferroníquel, cigarros, cacao, banano y ron, entre otros renglones, como ocurre desde hace casi una década. Nos hemos convertido en el segundo socio comercial de China en el Caribe, después de Cuba, ya aseguraba, en el 2007, el entonces encargado de la Oficina de Desarrollo Comercial de China en el país, no sin antes resaltar la importancia de los vínculos políticos a través de la diplomacia.
El comercio entre ambas naciones había crecido de 150 millones de dólares en el 2003 para colocarse en 614 millones cuatro años después, con un balance notable favorable para China. De ahí que su enviado comercial, Li Dong, insista, con toda razón, sobre la necesidad de que miremos hacia su país, tomando en cuenta sus potencialidades como consumidor de materia prima y productos procesados, desde Republica Dominicana.
China busca y ha encontrado en esta parte del mundo una amplia fuente de materias primas, necesaria para alimentar la acelerada locomotora de su crecimiento. En sentido, se ha lanzado, sin pausa, a conquistar este mercado, no sólo para vender, sino para comprar.
Podríamos ser parte de esa ola exitosa, aumentando las ventas y promoviendo las inversiones del gigante asiático, para lo cual disponemos de los renglones citados más arriba. Pero estamos en desventaja frente a otros países que ya tiene relaciones diplomáticas, asunto en el que el gobierno observa con celos, basado en el principio innegociable referente a su soberanía que define la existencia de una sola China.
Origen y evolución
Los vínculos comerciales China-RD, sostenidos desde 1993, han ido evolucionando, dando pasos de acercamiento de ambas partes que condujeron inevitablemente al reconocimiento diplomático y las designaciones de embajadores en ambas partes. Las representaciones dominicanas en Pekín y Hong Kong no han alcanzado niveles equiparables a la contraparte china que opera en Santo Domingo. Hasta la fecha, solo la sede dominicana en Hong Kong está autorizada a expandir visas para que nacionales de la RPCh viajen a Dominicana.
Mantenemos una oficina consular en Hong Kong como resultados de las relaciones con el Reino Unido. Una de las representaciones, junto a la de Seúl y Tokio, donde los ciudadanos chinos pueden obtener visa para viajar a República Dominicana. La encargada de la Oficina Comercial Dominicana en China, Rosa Ng, acaba de anunciar que ha sido autorizada por el Ministro de Relaciones Exteriores para otorgar visa, prerrogativa a que habíamos renunciado desde 1993, en reciprocidad al acuerdo comercial China-RD.
La presencia Dominicana en China ha ido aumento en las últimas décadas. Destaca el número de estudiantes de posgrado y técnicos altamente calificados, radicados en Pekín, Shangai y otras grandes ciudades industriales, lo cual es un factor primordial auspiciador de unos profesionales y tecnológicos al más alto nivel. La incidencia comercial, incrementada notablemente en los últimos veinte años, puede encontrar en este aspecto un punto determinante para alcanzar y mayor grado de participación y perspectivas para diversificar los intercambio comerciales entre las dos partes.
Excluidos de aportes y beneficios
El informe de mayo de 2010 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afirma que China se ha convertido en ´´un socio destacado para un número importante de economías latinoamericanas. En otro informe sobre inversión extranjera directa en la zona, la CEPAL indica que en 2010 china se situó en el tercer puesto de los inversionistas de la región, con un total de 15,000 millones de dólares y una cuota de participación del 9%, sólo detrás de Estados Unidos (17%) y Holanda (13%)´´.
Demostró su interés en el 2008 entrando como donante en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La aportación inicial fue de 350 millones de dólares. A esto se ha sumado, el acuerdo firmado en septiembre pasado entre el BID y el China Eximbank por el que facilita hasta 200 millones de dólares, que pueden ser financiados en yuanes ´´para apoyar los flujos comerciales entre China y Latinoamérica´´. Pero somos de los pocos países parcialmente excluidos de tales beneficios, debido a que también somos de los pocos con los que no tiene relaciones diplomáticas.
La CEPAL recomienda a los países de la región regular su aproximación a Pekín para promover las inversiones. Igual, aconseja contactos políticos más frecuentes mediante la creación de una cumbre China-América Latina. Si, para entonces, hemos establecido relaciones diplomáticas con China, formaremos parte de esta costumbre, con todos sus beneficios y oportunidades comerciales y culturales, en todas sus vertientes.