Las Terrenas, Samaná.-Visitar la cascada Salto El Limón, ubicada en esta provincia separada por 120 kilómetros de Santo Domingo, capital dominicana, se convierte en una experiencia inolvidable.
La travesía puede ser disfrutada de la manera que el visitante decida: sólo, con su pareja, en familia o con un grupo de amigos. Al final los resultados serán los mismos, tener un viaje, una vista y un baño de agua fría que quedan guardados por siempre en la memoria.
Una vez en Las Terreras, llegar al punto de partida que te conecta con el Salto El Limón, en la comunidad El Limón, es fácil, allí las rutas están diseñadas y sus habitantes instruidos para que quien visita esa comunidad costera, no salga sin pasar por este impactante atractivo turístico, uno de los tantos que hacen especial a Samaná.
Una vez en el punto de partida, te subes a un caballo, guiado por niños o adultos, que te llevan por un trayecto de piedras, montes, cruce de ríos, subidas y bajadas, entre las montañas.
Cuando logras ver una posada, es allí donde inicia realmente la travesía para llegar al destino. A pies, empiezas bajando un amplio trayecto de escalones que ponen a prueba tu capacidad física.
Pero cuando, miras la cascada y te introduces en sus claras aguas, todo se olvida, incluso, el pensar como retornar nuevamente al punto de donde partiste, solamente que ahora no se bajan los escalones, sino que se suben.
La Cascada Limón, es un salto que mide 50 metros de alto, con una piscina natural debajo, localizada en la comunidad de Limón en Samaná, al Noreste de Republica Dominicana.
Samaná fue fundada en el 1756, aunque algunos historiadores varían sobre esta fecha y fue el escenario donde se debatió “La Batalla del “Golfo de las Flechas”, unas de las primeras riñas contra la invasión europea en Las Américas.