Si se pregunta a un dominicano seguidor de las Grandes Ligas cuáles bateadores criollos calificarían para el premio al Jugador de Más Progreso es muy probable que los nombres de Rafael Devers, Ketel Marte y Jorge Polanco ocupen los primeros tres lugares. Y razones tienen de sobra.
Sin embargo, las opciones quedarían incompletas si no se incluye el nombre de Carlos Santana, sin ninguna referencia con el afamado guitarrista mexicoamericano.
A los 33 años, cuando los bates comienzan a pesar libras en agosto, Santana agota la mejor temporada de su carrera, medido por estadísticas de acumulación, porcentajes y sabermetría.
Con Francisco Lindor lastimado las primeras tres semanas y un José Ramírez desconocido hasta el Ecuador de la campaña, el nacido en Los Mameyes (SDE) ha cargado a la Tribu, que no ha dejado de respirarle en las orejas a unos Mellizos que proyectan alcanzar el centenar de victorias.
Al entrar a la jornada del lunes, la novena de Ohio marchaba a 3.5 partidos de Minnesota, pero con medio juego de ventaja en el primer Wild Card y dos sobre los Atléticos de Oakland.
En sus primeras nueve campañas, Santana fue un bateador de .247, 125 imparables, 22 cuadrangulares y 75 carreras remolcadas, con un porcentaje de embasarse de .363, slugging de .442 y 2.9 victorias sobre jugador reemplazo (WAR) en la versión de Baseball-Reference.
Este curso, el inicialista ha disparado esos números. Batea para .288, acumula 132 hits, 30 de ellos cuadrangulares, 79 vueltas producidas, su OBP alcanza los .412, su slugging los .541 y ya acumula 4.4 WAR, la mayor cantidad de su carrera, con más de un mes por jugar.
Santana tiene un wRC+ (la estadística que cuantifica el valor ofensivo medido en carreras) de 145, el décimo de todo el béisbol y muy por encima tanto de la media de sus nueve cursos previos (120) como del pasado (109).
Es decir, ha creado un 45% más carreras que lo que un bateador promedio haría en la misma cantidad de turnos. Por delante de Juan Soto (143), Marte (143) y Devers (142).
En las hojas estadísticas que el dirigente Terry Francona toma para hacer la alineación Santana aparece como mejor en jonrones para el club, también en vueltas producidas, el que más se embasa, el de más porcentaje de extrabases, el que más ha pisado el home plate desde tercera y un amplio etcétera.
La gran visión para identificar y hacer contacto que le ha caracterizado se mantiene intacta. De hecho, proyecta conseguir su segunda campaña con más bases por bolas recibidas que ponches, una relación que a la fecha va 96 boletos contra 82 colgados.
Al fin del año pasado, Santana no sabía dónde jugaría en 2019, ni que volvería a la ciudad que le dio la oportunidad de convertirse en un bigleaguer.
Tras convertirse en agente libre en 2017 firmó un contrato de tres años y US$60 millones con los Filis (2018-2020), pero en diciembre en Filadelfia, creando espacio en su nómina para ir por Bryce Harper, hubo cambio de planes. Lo envió a Seattle y estos lo incluyeron 10 días después en una triple transacción que envolvió a Tampa Bay y Cleveland.
De hecho, los Marineros pagan US$2,000,000 de los US$20,000,000 que cobrará este año Santana.
Y la novela no pudo ir mejor para Slamtana. Su gran desempeño en la primera mitad le ganó una invitación a su primer Juego de Estrellas y no pudo ser mejor lugar que en Cleveland.