Por: Pedro Castro
El Gabinete de Salud que encabeza la vicepresidenta de la República Raquel Peña, no debe ocultar información ni maquillar números sobre la pandemia de la covid-19, por el contrario debe suministrar información veraz y a tiempo cuantas veces sean requeridas.
En los últimos tiempos ese gabinete se ha convertido en una entidad contestaría, que lejos de implementar una política comunicacional efectiva ha contribuido a que la población esté desinformada y especule sobre diferentes aspectos de la pandemia, fruto de no suministrar la información a tiempo.
Una política comunicacional no se puede poner en manos de personas desconocidas de la realidad social de un determinado país que en ocasiones aísla hasta su propio equipo operativo en el àrea de prensa.
He venido observando con preocupación desde el 15 de diciembre, cuando la vicepresidenta ofreció una conferencia de prensa que lejos de explicar con claridad meridiana los cambios establecidos en el decreto 698/20 sobre la nueva modalidad que iba a entrar del toque de queda, que posteriormente tuvieron que aclarar la propia vicepresidencia y la consultoría jurídica del Ejecutivo.
La centralización de la información en ocasiones hace daño, por igual a veces es bueno para no tener información tergiversada, pero debe ir acompañada de la entrega eficiente de información veraz y a tiempo.
¿Cómo es posible que a cada momento se esté aclarando y explicando informaciones que debieron ser suministradas a tiempo?.
La población espera informaciones a tiempo. Este lunes el Ministerio de Salud Pública informaba de un 34% de ocupación de camas y un 52% de ocupación de camas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), mientras la vicepresidencia informaba de un 30% de la positividad.
El control de la covid sólo está en la mente de las autoridades, cada día va en crecimiento y ahí están los números que diariamente se ofrecen, pero la institución encargada de ofrecer la información no puede dar al traste con la realidad.
Una estrategia comunicacional: Es una herramienta de planificación sistematizada, integral y coherente de los objetivos, las tácticas, los instrumentos, los mensajes, los indicadores, las acciones y los plazos de tiempo que la empresa o la institución usará para transmitir su mensaje y su imagen al público.
La población requiere que se le diga la verdad, y cuando se traza una línea comunicacional debe entregar a tiempo la información, no ir a conferencia de prensa sin permitir preguntas o esperar que exploten las redes u otros medios para entonces dar una explicación.
Entregando la información a tiempo no habrá espacio a la especulación, de lo contrario se estaría cometiendo un desastre comunicacional y tendrá que seguir aclarando.