Eramis Cruz
En el tiempo de la dictadura de los 30 años se hizo popular el término «corroboro» en el congreso dominicano. Era cómo los legisladores votaban por los deseos del dictador. Como pueblo hoy vivimos un simulacro de democracia y el término más popular es «Like» que quiere decir me gusta. Los que hemos estudiado Ingeniería y sistema tenemos una gran ventaja, entendemos el porqué de muchas cosas que dominan el mundo del servicio y de la comunicación. En el campo del cómputo La Inteligencia Artificial ha resaltado como la vía láctea del sistema binario. Pero no importa qué tan lejos se llegue, la ciencia nunca podrá desprenderse de sus principios más básicos, ni de su orígenes más toscos.
Cuando los legisladores dominicanos, servidores incondicionales del único poder ejecutivo entonces e inclusive ahora, decían corroboro, hacían uso de su única opción. Hoy no se levanta la mano para decir corroboro sino que se usa el mouse o ratón para activar la palabra Like, de modo que si se tiene el color azul indica que corrobora, pero como no existe manera de decir “I don’t like” o “no me gusta”, entonces al no hacerlo se deja en el limbo si se está en desacuerdo o simplemente no importa.
Si usted es de las personas que se toma este asunto con ligereza, pues tenga mucho cuidado porque ya hay casos que han sido ventilados en las cortes y por lo tanto lo que usted opina en las redes sociales se puede convertir en un “corroboro” o en un asunto de envergadura.
Muchas personas me han informado que leen mis opiniones religiosas y políticas pero que no tienen tiempo para indicar que les gustan pero en el fondo yo sé que igual que en la dictadura la gente tiene miedo por no saber las consecuencias de algo que no domina o conoce, ademas, qué es lo que obtiene a cambio por una opinión sobre algo que parece que a nadie le importa. Esta nueva actitud y solo la entienden aquellas personas con una mayor conciencia o sensibilidad respecto a la vida de su país.
Para los creyentes, Dios creó al hombre según su imagen y semejanza; de la misma manera, los hombres venimos creando la computadora (Inteligencia artificial) según nuestra imagen, semejanza y necesidad.
Una concepción que hizo posible la creación de la computadora, lo cual ha tomado siglos y han intervenido para ello estados, hombres de ciencia e instituciones académicas públicas y privadas, es la creencia de que en la vida las cosas tienen dos status: son verdaderas o son falsas. De modo que el día es claro y la noche es oscura, una persona si no es buena es mala y un niño o una mujer si no es bella es fea. Todo esto no es falso pero tampoco es verdadero, lo que indica que los seres humanos usamos la verdad y al mismo tiempo usamos la mentira, primero porque nos conviene y segundo porque nos funciona.
Así descubrimos que indicar “I like it” o me gusta o no me gusta, no es nada nuevo. Otros son más directo y dicen “me gusta pero me asusta”. Una de la tarea que más se le asigna a los estudiantes de procesamiento de datos es algo muy simple y que a todos nos importa. Se trata de la nómina de pago de una empresa, o sea cómo la computadora termina calculando su cheque o depositando su pago en su cuenta bancaria. Pues primero hay que saber que usted es un empleado de la compañía y para eso se usan algunos códigos, como su número del Seguro Social, su fecha de nacimiento y otros. Luego la computadora lee de su ficha las horas trabajadas y lo que usted gana por hora, hace las calculaciones, pero antes debe determinar para cada empleado si trabajó por lo menos 40 horas, porque las horas que son igual o menos de 40 deben ser pagadas a precio o tarifa regular (1.0) y las que son más de 40 deben ser restadas del total de horas trabajadas durante el periodo de pago y calculadas a tiempo y medio (1.5).
Para eso se crea una rutina que se puede repetir para millones de personas, pero como podemos deducir, la pregunta siempre es si una cosa es verdad o no lo es. Primero es la persona empleada de la compagina: si o no; trabajó en este periodo: si o no; trabajó por igual o más a 40 horas: si es verdad hay que aplicarle horario regular pero si es negativo hay que pagarle las horas extras.
¿La pregunta básica es cómo funciona esta rutina en principio? Como ya dijimos previamente para la computadora las cosas si no son verdad, son mentira o lo que es lo mismo negativo o positivo. Esta simpleza ha venido a dominar al mundo, pero aplicarlo no fue nada fácil porque hace unos dos siglos el sistema digital no se conocía a nivel general, lo que se conocía era el sistema decimal que es lo que los humanos entendemos y podemos usar. Para las computadoras el sistema decimal no puede ser práctico, porque se trata de un aparato electrónico que solo puede indicar si los códigos están en una superficie que contiene estática o no, o cómo decir si una bombilla está encendida o está apagada.
En el 1939 se aplicó la teoría de un científico inglés llamado George Boole que consistía en una puerta lógico correspondiente a los valores binarios de 0 y 1, de manera que si la puerta está abierta significa hacer una tea y si está cerrada ejecutar otra tarea que podría consistir en no tomar acción alguna.
En conclusión, podemos hacer un razonamiento crudo, aceptar una moraleja que nos puede llevar al desengaño: no solo las cosas son verdad o son mentira sino que nosotros mismos nos engañamos o nos engañan y dejamos de existir como personas para convertirnos en números que existen dependiente si hay luz u oscuridad. Para ser más directo, pero sin intención de ser más doloroso, para las personas también una puerta puede estar cerrada o abierta, depende de las rutinas de su vida o si puede cambiar su comportamiento o su lenguaje verbal o corporal, y hasta su modo de pensar porque no se trata de que todo sea del “cristal con que se mira”, sino que las cosas no son verdad ni son mentira. Todo, según Albert Einstein, es relativo. No parece cierto, pero los avances tecnológicos confirmar una frase de un tiempo dilatado atribuida a William Shakespeare “to be, or not to be: that is the question”.
———————————————————————————————El autor, Eramis Cruz, es charlista, promotor social, editor y escritor dominicano que reside en los Estados Unidos desde 1978. Ha publicado cinco obras literarias y múltiples artículos en periódicos y revistas, impartido clase de computadoras para la comunidad. Ha ejercido diferentes funciones institucionales y trabajó como asistente de viviendas para la Ciudad de Nueva York. Actualmente está retirado del servicio público aunque trabaja independiente como administrador de la Editorial Pie de Amigo.