San Juan, Puerto Rico
El esperado juicio en Puerto Rico contra la exreina de belleza boricua Áurea Vázquez Rijos, acusada del asesinato por encargo de su marido, el empresario canadiense Adam Anhang Uster, comenzó ayer con la exposición de argumentos de la Fiscalía y la defensa.
Vázquez Rijos, con larga melena rubia y chaqueta blanca, se presentó con apariencia segura ante un jurado popular formado por doce personas elegidas cuidadosamente por el juez federal Daniel Domínguez.
El juicio, que podría prolongarse durante más de un mes, se celebra en el Tribunal federal de San Juan, ya que Vázquez Rijos está acusada de delitos que violan la normativa de EE.UU. (país del que la isla es estado libre asociado), por lo que en este caso prevalece sobre la ley local puertorriqueña.
Junto a la reina de belleza, que en realidad se coronó en una competición local «miss petit», uno de los muchos torneos que proliferan en la isla, se sentaron en el banquillo de los acusados su hermana, Marcia Vázquez Rijos, y su excuñado José Ferrer Sosa.
Los tres están acusados de los cargos de conspiración y conspiración para cometer el asesinato del hombre de negocios, quien antes de ser asesinado a cientos de metros de donde hoy se celebra el juicio estuvo casado durante cerca de 6 meses con Áurea, quien fue extraditada desde España.
Tras la muerte del empresario canadiense en 2005, Alex Pabón Colón, conocido como «Alex El Loco», quien habría llevado a cabo el asesinato tras el encargo de la principal acusada, se declaró culpable en 2008 y está encarcelado a la espera de sentencia.
La Fiscalía estuvo representada por Jenifer Hernández y José Ruiz, quien en su exposición ante el juez señaló que el caso presentado hoy es el de un asesinato por encargo para obtener 8 millones de dólares.
La principal acusada y el fallecido, poco antes de casarse, firmaron un acuerdo prematrimonial que establecía que el cónyuge se quedaría con un tercio de los bienes de la pareja en caso de fallecimiento.
Anhang Uster fue asesinado por «Alex El Loco», quien lo apuñaló y golpeó en la cabeza con una piedra, cerca de la medianoche del 22 de septiembre de 2005.
El fiscal recordó al jurado que la fortuna del empresario se elevaba a 24 millones de dólares y que el acuerdo le permitía a la acusada embolsarse un tercio de esa cantidad si enviudaba.
Ruiz detalló que el empresario canadiense y la acusada se conocieron en 2003 y que poco después este alquiló una vivienda a su pareja, compró un automóvil de lujo y puso el dinero para que Vázquez Rijos montara el negocio Pink Skirt, en el que trabajaron su hermana y Ferrer Sosa.
La boda se celebró en marzo de 2005 y pocos meses después la pareja acudió a terapias matrimoniales, según el fiscal.
La abogada de la acusada, Lydia Lizarribar, quien había solicitado que el juicio tuviera lugar fuera de Puerto Rico por entender que el ambiente en la isla está en contra de su defendida, sostuvo durante su intervención que la pareja se enamoró sinceramente en 2003, lo que dio paso al inicio de la relación.
«Fruto de ese amor fueron los viajes que realizaron por Europa y Canadá», indicó la abogada ante el jurado, para tratar de despejar cualquier sospecha de interés material por parte de su defendida.
Lizarribar expuso que el empresario canadiense tenía por aquel entonces un socio para el desarrollo de proyectos inmobiliarios que desaprobaba la relación y que llegó a pedir a Anhang Uster que no se casara.
La abogada destacó además que la fortuna de Anhang Uster estaba sobrevalorada y que en ningún caso alcanzaba la cifra de 24 millones de dólares.
El abogado de la hermana, Artemio Rivera, aseguró que su defendida no estuvo en ninguna reunión en la que conspirara para el asesinato, mientras que el de su entonces esposo, Ovidio Zayas, sostuvo que su cliente no tenía ningún beneficio con la muerte del empresario.
El juicio llega después de que en 2007 un tribunal encontrara culpable del asesinato del empresario a Jonathan Román Rivera, por lo que fue sentenciado a 104 años de cárcel.
«Alex El Loco» se declaró culpable en 2008 del asesinato de Anhang Uster a petición de Vázquez Rijos, lo que permitió la excarcelación de Román Rivera.
Las autoridades estadounidenses pidieron la extradición de la acusada desde Italia, donde vivía, lo que no fue posible por falta de acuerdo bilateral, por lo que no fue hasta 2013, en un viaje a Madrid, cuando fue arrestada y desde allí llegó a Puerto Rico.EFE