No militan en los partidos, pero teorizan sobre cómo debe administrarse el Estado y cómo debería estar organizada la sociedad.
No trabajan en los clubes, no dirigen asociaciones, ni federaciones, menos aún el Comité Olímpico, pero analizan cómo debe ser la estructura organizativa del deporte.
No pertenecen a ningún sindicato, porque no son obreros; pero explican las leyes que deben regular las relaciones obrero-patronales.
No pertenecen a ninguna asociación profesional, porque sencillamente no trabajan; pero critican las acciones de los profesionales de diferentes disciplinas frente a los problemas de la sociedad.
Son la nueva versión de aquellos a quienes en los liceos, primero; a los que llegaron a la UASD, después, llamábamos lúmpenes.
Críticos de todo…hacedores de nada.