Washington.- La gubernamental Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, en inglés) recomendó este viernes no emplear sin supervisión médica en un hospital la hidroxicloroquina y la cloroquina como tratamientos para el COVID-19, debido a los riesgos que comportan sus efectos adversos.
“Mientras están en marcha ensayos clínicos para determinar la seguridad y efectividad de estos medicamentos para el COVID-19, hay efectos secundarios conocidos para estas medicinas que deberían ser considerados“, explicó el regulador estadounidense en su página web.
“Recomendamos a los profesionales sanitarios tomar decisiones para pacientes individuales y seguir de cerca y supervisar a estos pacientes para ayudar a mitigar estos riesgos”, expuso la agencia, que a principios de mes aprobó de urgencia un plan para distribuir millones de dosis de esos dos medicamentos empleados para tratar la malaria y que ahora se usan en pacientes graves del COVID-19.
Sin embargo, de momento no hay suficientes estudios que respalden sus beneficios y algunos expertos se han mostrado preocupados, ya que a falta de estudios concluyentes, creen que los efectos secundarios de estos medicamentos pueden suponer un peligro si se extiende su uso, especialmente para personas con cardiopatías o que toman medicinas que reducen el ritmo cardíaco.
La FDA ha decidido incidir en los riesgos que comportan esos tratamientos para algunos pacientes después de que esta semana un estudio financiado por la Universidad de Virginia (UVA, en inglés) concluyera que la hidroxicloroquina no reporta grandes beneficios y tiene una mayor proporción de muertes entre los pacientes a los que se les administra.
“Es importante que los trabajadores sanitarios sean conscientes de los riesgos serios, potenciales y que amenazan la vida para el ritmo cardíaco que pueden ocurrir con estos medicamentos y que se especifican en el prospecto”, advirtió la FDA.
Desde marzo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha hecho públicamente una defensa del uso de la hidroxicloroquina para tratar el coronavirus SARS-CoV-2, pese a la falta de estudios concluyentes.
No obstante ha cesado paulatinamente en su empeño de publicitar su empleo contra la COVID-19, especialmente desde la publicación del trabajo financiado por UVA.