La campaña de las Grandes Ligas, pospuesta y abreviada por la pandemia, se puso en marcha al fin este jueves. Sin espectadores, con un pelotero dominicano marginado por una infección de COVID-19 y con actos que lo mismo hicieron referencia a la injusticia racial que a la propia crisis mundial de salud.
En cuanto al béisbol, éste no llegó a abarcar los nueve innings. Los Yanquis de Nueva York vencieron 4-1 a los Nacionales de Washington, en un duelo que se dio por concluido en la sexta entrada tras una larga interrupción por una lluvia torrencial.
Lo que comenzó como una tarde nublada con una temperatura cercana a los 32 grados centígrados (90 Fahrenheit) se convirtió en una noche tormentosa, con relámpagos y ráfagas de viento, lo que obligó a detener el encuentro en la parte alta del sexto inning.
Tras una espera de una hora y 58 minutos —15 minutos más de lo que había durado el juego hasta entonces—, se decretó la victoria de los Yanquis, apoyada en las actuaciones de Gerrit Cole, Giancarlo Stanton y Aaron Judge, así como en las condiciones meteorológicas.
Antes del duelo, los Nacionales y los Yanquis se arrodillaron al mismo tiempo, antes de enfrentarse.
La ceremonia previa al encuentro incluyó referencias al movimiento “Black Lives Matter”, a la pandemia de coronavirus —el doctor Anthony Fauci hizo el primer lanzamiento— y al título de la Serie Mundial conseguido por los Nacionales en 2019.
Los peloteros de ambos clubes vistieron camisetas que decían “Black Lives Matter” durante la práctica de bateo. Las siglas de ese movimiento (BLM), que coinciden con las de las Grandes Ligas pero invertidas (MLB), fueron estarcidas en la parte posterior del montículo.
En una alusión a las protestas contra el racismo en Estados Unidos, los peloteros y otros integrantes de los dos equipos sostuvieron una larga tela negra, mientras montaban guardia de pie sobre las dos líneas de foul.
Tras colocar la tela en el terreno, todos pusieron una rodilla en tierra. Luego, se levantaron para escuchar una grabación del himno nacional.
Los Yanquis decidieron el miércoles que deseaban arrodillarse durante 60 segundos antes del himno. Dirigentes de Nueva York preguntaron a los de Washington si podía añadirse ese tiempo en el libreto de la ceremonia previa al encuentro.
Y los Nacionales respondieron que querían unirse a los Yanquis.
“Hemos sostenido conversaciones como organización y como equipo. Hemos tenido conversaciones entre grupos pequeños y entre dos personas”, dijo el manager Aaron Boone horas antes del encuentro. “Y en cierto modo hemos decidido que… bueno, como equipo, íbamos a manifestar algo en el terreno”.
El acto siguió a una serie de videos mostrados en la pantalla gigante detrás de los jardines: Acerca de la equidad racial, con imágenes de Aaron Judge de Nueva York y Howie Kendrick de Washington, sobre la coronación de los Nacionales y en referencia a la pandemia.
Sin espectadores presentes para apreciar las celebraciones, se izaron banderines que conmemoran el primer título de la franquicia, más allá del jardín derecho y encima de la pantalla.
“Campeones Mundiales de 2019”, decía un tapete rojo colocado en la caja de bateo durante la ceremonia anterior al encuentro.
Fauci, el principal experto de Estados Unidos en enfermedades infecciosas, fue invitado por los Nacionales para hacer el primer lanzamiento. Con una mascarilla, el reputado médico hizo un tiro muy desviado del plato.
La pelota se le escapó al relevista de Washington, Sean Doolittle, quien hizo las veces de cátcher.