El presidente Luis Abinader espera que durante estas fiestas navideñas se dejen atrás los pensamientos más pesimistas y que, en cambio, se disfrute en familias y con amigos del regalo que es estar juntos. En un mensaje anoche a la nación junto a su esposa, Raquel Arbaje con motivo de celebrarse hoy la Nochebuena, manifestó que ninguna crisis puede apagar esa llama de Belén. También dijo que “protegernos y proteger a los demás es el mejor acto de amor que podemos hacer.
Así volveremos a ver las sonrisas; volveremos a abrazarnos; volveremos a recuperar la salud. Que en estas navidades lo único que se transmita sea la esperanza”.
El jefe de Estado declaró que ha llegado la Navidad, el tiempo de celebrar en familia y compartir un mensaje de esperanza con toda la humanidad.
A continuación el mensaje íntegro del presidente Abinader y la primera dama Raquel Arbaje.
Presidente
Ha llegado la Navidad. El tiempo de celebrar en familia y compartir un mensaje de esperanza con toda la humanidad.
Hoy no quiero dejar de recordar a quienes viven una situación difícil por razones de salud o por razones económicas. También a aquellos que están lejos de sus hogares y seres queridos.
Hace dos mil años la situación tampoco era la ideal. La sagrada familia estaba en condiciones de vida muy difíciles. En medio de esa precariedad nació Jesús. La Navidad es Dios con nosotros. Esa es nuestra Esperanza. Esa es nuestra Fe. No estamos solos. Ninguna crisis puede apagar esa llama de Belén.
Durante estas fiestas navideñas debemos dejar atrás nuestros pensamientos más pesimistas y disfrutar con nuestras familias y amigos del regalo que es estar juntos.
Primera Dama
Hay un villancico que siempre me emociona al escucharlo. El del tamborilero. Nos cuenta la historia de un hombre que quiere hacer un regalo que agrade al niño Jesús, pero no tiene nada que ofrecer más que un viejo tambor. Llega frente al portal de Belén, inseguro de si su regalo será suficiente y le dedica al niño un canto de amor en su honor. El villancico termina con la frase “Cuando Dios me vio tocando ante él, me sonrió”.
En esta historia está la respuesta. Este año con todos sus retos nos ha venido a recordar, que lo más importante que podemos ofrecer a otros es nuestro tiempo corazón.