Pincharse un dedo para extraer una gota de sangre y, así, medir el nivel de glucosa concentrada en ella: es el incómodo ritual al que se enfrentan a diario cientos de millones de personas con diabetes. Se trata de una práctica necesaria para tener controlada la enfermedad y algunos pacientes tienen que repetirla hasta diez veces en 24 horas. En los últimos años, nuevas tecnologías han permitido desarrollar métodos alternativos, pero todavía ninguno ha sustituido del todo el sistema tradicional. Ahora, investigadores de la Universidad de Bath (Reino Unido) han desarrollado un parche que extrae la glucosa concentrada en el fluido intersticial de los folículos pilosos. Así se obtienen mediciones proporcionales a las que se observan en la sangre y no hace falta recurrir a agujas, según estos científicos.
El método actual más común de control de los niveles de glucosa en la sangre es incómodo y duele, afirman los investigadores. Las alternativas existen, pero no siempre son aplicables, aseguran. Un ejemplo son unos sensores con microagujas. También existen sistemas flash, sensores que permiten medir de forma no invasiva y continuada la glucosa recabando fluido intersticial a través de la piel, como apunta la Federación Española de Diabetes (FEDE).
Todas tienen algún inconveniente: o son poco utilizados, o cuestan demasiado, o no permiten reflejar con plena exactitud la concentración de glucosa en la sangre detectada con el método tradicional. Y por eso en ocasiones sigue siendo necesario comparar los resultados con los que se obtienen por pinchazo, explica la FEDE.
La nueva técnica descubierta por los investigadores de la Universidad de Bath, publicada en la revista Nature nanotechnology, permite, sin embargo, utilizar un método barato, cómodo y que no duele para monitorizar el nivel de azúcares en la sangre, según mantienen. Se trata de un parche aplicable a alguna parte del cuerpo, por ejemplo la muñeca, dotado de unos sensores con grafeno que captan con la técnica de la electroósmosis, es decir, con una pequeña carga eléctrica, la glucosa presente en el fluido intersticial bajo piel a través de cada folículo. De esta manera, se delimita claramente el área en la que actúa cada sensor.
Este método permite controlar los niveles de glucosa durante seis horas con intervalos de 10-15 minutos, según los científicos responsables de la investigación. Los datos observados pueden transferirse vía conexión wireless, por ejemplo, por bluetooth a un dispositivo que permita la visualización de los resultados.
Un sistema válido para personas en riesgo
Los científicos británicos recuerdan que los pacientes de diabetes están en aumento. Según la Organización Mundial de la Salud, han pasado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. Richard Guy, uno de los investigadores al frente del equipo de ocho personas que ha realizado el estudio, afirma que el método experimentado sirve para todo tipo de pacientes con diabetes. “Creemos que también se podrá aplicar a aquellos individuos que están en riesgo de sufrir diabetes de tipo 2 pero que todavía no han recibido un diagnóstico unívoco”, agrega. Según la FEDE, esto representaría una novedad con respecto a los métodos existentes.
Guy explica que todavía no se puede establecer con exactitud el coste del parche, pero cree que va a suponer un ahorro importante. Según sus estimaciones, con este dispositivo un paciente podría gastar menos de 1,50 euros en un día, mientras cada pinchazo vale 30 céntimos y permite una sola medición y una sola vez. La FEDE agrega que el método no invasivo más común en la actualidad, el sistema flash, vale 60 euros cada 14 días. En España, la Seguridad Social cubre los materiales que se utilizan para el método tradicional, pero el sistema flash solo está cubierto en algunas comunidades autónomas.
Los investigadores responsables del estudio, que han trabajado en el proyecto durante cinco años, han experimentado el instrumento de medición en muestras de piel de cerdo y también en dos personas sanas que se ofrecieron como voluntarias. «En los experimentos realizados hasta ahora in vivo en seres humanos no hemos detectado contraindicaciones», asegura Guy.
Anna Novials, presidenta de la Sociedad Española de Diabetes (SED) e investigadora del Hospital Clínico de Barcelona, considera que la técnica descubierta es «prometedora», porque cree que los métodos de medición no cruentos suponen mejoras para los pacientes. Novials cree que el dispositivo «necesita muchos más estudios» para averiguar su eficacia y apunta a distintos factores para determinar el desarrollo del parche: «Habrá que ver si responde el método a las variaciones de glucosa de los diabéticos, en función de los tratamientos, de la respuesta a las comidas, de la actividad física, incluso de los factores ambientales, de humedad y de calor», afirma.
Richard Guy destaca, entre los pasos posibles para desarrollar más el parche, la necesidad de mejorar la tecnología que permite las mediciones. El científico también considera importante probar el sistema en distintos contextos, por ejemplo en sujetos bajo esfuerzo físico o en pacientes con distintos grados de glucemia, así como optimizar las prestaciones para que el mismo parche pueda cubrir un periodo de 24 horas.