El atacante, que no fue identificado pero del que se sabe que era conocido por la policíay los servicios de contraterrorismo, murió media hora después de llegar al hospital, a donde fue trasladado tras recibir un disparo en el pecho de la policía cuando trataba de reducirle.
«Por lo que sabemos hasta ahora de este individuo, estamos tratando esto como un incidente terrorista», dijo en rueda de prensa Graham Ashton, jefe de la policía de Victoria, estado en el sudeste de Australia cuya capital es Melborune.
«Es conocido por la policía, básicamente en relación a unos familiares suyos que son de nuestro interés. Es alguien que en consecuencia es conocido por la policía de Victoria y las autoridades federales de inteligencia», explicó el responsable policial.
El agresor residía en un suburbio en el noroeste de Melbourne y tenía antecedentes por delitos relacionados con drogas, robos y conducción de vehículos, indicó Ashton, que evitó dar más datos sobre el atacante.
Según la cadena SBS, el individuo era un somalí con un familiar que fue detenido el año pasado e imputado con cargos de terrorismo.
El EI asumió la autoría del ataque a través de la agencia Amaq, afín al grupo yihadista, y aseguró que el autor de los apuñalamientos era uno de sus combatientes.
El ataque tuvo lugar a las 16.20 hora local (06.20 GMT) en la céntrica calle Bourke cuando el asaltante estacionó un coche en la entrada de un centro comercial y salió del vehículo en llamas con un cuchillo con el que agredió a varios peatones, uno de los cuales murió en el lugar.
Según Ashton, un vehículo con policías llegó al lugar al cabo de un minuto y el agresor atacó a los agentes a puñetazos por la ventanilla poco antes de que llegaran más policías.
«En ese momento, sacó un cuchillo e intentó atacar a los agentes de policía. Uno detonó su arma y disparó una vez al pecho del asaltante», dijo el comisionado.
Imágenes difundidas en las redes sociales mostraron el vehículo en llamas desplazándose lentamente hacia la vereda, así como las agresiones de un hombre alto vestido de pantalón blanco y túnica negra mientras varios agentes de la policía intentaban reducirlo.
«Vi el coche en llamas. Era el chasis. La gente corría y gritaba», dijo una testigo al canal 9 de la televisión local.
Otro testigo explicó a la cadena ABC que salió corriendo de uno de los locales comerciales en el que trabaja después de oír lo que parecía un disparo y se encontró a uno de los heridos.
«Había un hombre mayor delante mío, literalmente a mis pies. Estaba boca abajo y había mucha sangre», explicó este testigo, que añadió que varios transeúntes intentaban ayudar al herido pero que «no sabían qué hacer porque evidentemente la situación era un caos».
La policía encontró varios «cilindros de gas para barbacoa» dentro del vehículo, según indicó Ashton, quien desmintió que el atacante gritara «Allahu Akhbar (Alá es grande)» durante el incidente.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, condenó el incidente como un «acto de terrorismo» y lamentó la muerte de una de las víctimas en el ataque, que calificó como «malvado y cobarde».
«Los australianos jamás nos dejaremos intimidar por estos ataques vergonzosos y seguiremos con nuestras vidas gozando de las libertades que los terroristas detestan», dijo Morrison en un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter.
El lugar del incidente quedó acordonado por los artificieros para asegurar el área comercial de la calle Bourke, una de las más transitadas de Australia, que permanecerá cerrada hasta mañana si bien la Policía considera que no hay nadie más implicado en el caso.
La calle Bourke ya fue escenario el 20 de enero de 2017 de un atropello deliberado en el que murieron seis personas, entre ellas un bebé y una niña de diez años, perpetrado supuestamente por Dimitrious Gargasoulas, de 28 años.
Gargasoulas, que se encontraba en libertad condicional por otros delitos, afronta un juicio enl Tribunal Supremo de Victoria, la máxima instancia judicial de ese estado, en el que ha alegado que sufre enfermedades mentales y que estaba bajo influencia de las drogas.EFE