En un entorno empresarial cada vez más digitalizado, la ciberseguridad se ha convertido en una preocupación crucial para las organizaciones de todos los tamaños y sectores en diversos países, y República Dominicana no es la excepción.
La digitalización acelerada, impulsada por la Agenda Digital 2030 del país, ha revelado a las empresas una alarmante falta de preparación en la protección de sus datos y, por ende, de su reputación.
LLYC, firma global de Marketing y Corporate Affairs, destaca los desafíos que enfrenta el sector empresarial dominicano ante la vulnerabilidad digital y la importancia de integrar la ciberseguridad como un pilar clave en la protección de su reputación.
De acuerdo con el estudio “La Ciberseguridad, Prioridad al Más Alto Nivel en la Agenda Digital 2030 de la República Dominicana”, publicado por el Centro Nacional de Ciberseguridad (CNCS), la digitalización es uno de los principales motores del desarrollo económico del país, pero también plantea un reto significativo en términos de seguridad cibernética.
La exposición de datos confidenciales puede comprometer gravemente a las organizaciones dominicanas, dejándolas vulnerables a daños irreparables en sus operaciones y reputación. En este sentido, destaca la importancia de contar con un plan de manejo de crisis y una estrategia de protección reputacional frente a ataques cibernéticos como pieza fundamental para la sostenibilidad del negocio.
La integración de medidas proactivas de ciberseguridad en las estrategias empresariales es crucial para garantizar la capacidad de respuesta ante incidentes que puedan comprometer la integridad y confianza de la organización. Según el estudio mencionado, las empresas dominicanas deben aumentar sus inversiones en ciberseguridad para proteger la continuidad del negocio y minimizar los riesgos asociados, tal como se observa en otras regiones de Latinoamérica.
«La ciberseguridad en la República Dominicana no es solo un desafío técnico, sino una cuestión estratégica que afecta la reputación y la confianza en nuestras organizaciones. En un entorno digital tan dinámico, es esencial que las empresas adopten un enfoque proactivo en la gestión de riesgos cibernéticos para asegurar su sostenibilidad y credibilidad ante sus stakeholders”, aseguró Renata Sánchez, Directora de Crisis y Riesgos en LLYC Santo Domingo.
A continuación, se presentan las claves para un uso de ciberseguridad más seguro, protegiendo la reputación empresarial:
Educación al usuario: El factor humano es el elemento al que más atención hay que prestarle. A mayor digitalización de procesos, ventas e interacciones en redes sociales, apps y plataformas, aumenta el riesgo para los usuarios y organizaciones. Existe una clara demanda y necesidad de mayor información que permita a las personas detectar ciberriesgos y evitar ser víctimas de los ciberdelincuentes cada vez más sofisticados.
Estrategias de antifragilidad: En una era de permacrisis, ya no se trata de sobrevivir, sino de permanecer y fortalecerse ante las adversidades. Al estar expuestos a ciberataques, la diferencia está en cómo se gestiona y cómo se comunica para que impacte lo menos posible. Las empresas deben sumar a sus directivos de comunicación y relaciones institucionales a la estrategia de respuesta ante un incidente de ciberseguridad, que debe estar diseñada y practicada con antelación, a través de simulacros integrales (equipo técnico + equipo de comunicación corporativa).
Comunicación transparente y oportuna: Cada audiencia impactada debe ser atendida de manera cercana con la finalidad de que el pánico -inevitable en estas situaciones- no sea el protagonista.
Cumplimiento conectado. Es esencial contar con un programa que conecta la política de cumplimiento con la cultura de la organización, que es la mejor vía para garantizar su verdadera implementación. En este punto, la creatividad juega un papel diferencial entre seguir mandando memorandos de “reglas y deberes” vs un cumplimiento conectado con la cultura organizacional.
Responsabilidad conjunta. La comunicación creativa y diferencial para generar mayor sensibilidad y educación sobre el papel de cada uno frente a ciberamenazas debe ser una prioridad. Solo en una estrategia de anticipación a este tipo de riesgos se tiene la capacidad de crear un cerco de protección en que todos comprendan sus derechos y deberes.
En respuesta a esta problemática, resulta crucial que las empresas en la República Dominicana inviertan en la capacitación de su personal en materia de ciberseguridad y en el desarrollo de estrategias y planes de manejo de crisis. La ciberseguridad debe ser vista como una prioridad estratégica para garantizar la integridad, la reputación y la sostenibilidad a largo plazo de las organizaciones en el país.