El director general de Impuestos Internos (DGII), Magín Díaz, dijo ayer que esa entidad libra una guerra sin cuartel en su lucha contra la evasión fiscal y, como resultado de ello hoy puede decir que “ha valido la pena jugársela”, porque en tres años las recaudaciones han crecido a dos dígitos por encima del crecimiento nominal de la actividad económica y se ha roto el ciclo de nueve años que no alcanzaba la meta presupuestaria.
Díaz fue el orador invitado del tradicional almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio (AmchamDR) realizado en el hotel El Embajador.
Advirtió ante la matrícula empresarial de la Cámara Americana que aún cuando se han alcanzado importantes avances, el sistema tributario no resiste la postergación de una reforma profunda que actualice el Código Tributario, vigente de hace más de 25 años y muy rezagado con relación a la economía y la sociedad de hoy.
“La guerra que libramos es permanente, sin cuartel, con toda nuestra energía y con resultados que no dejan dudas de los pasos al frente que estamos dando contra la ominosa cultura de la evasión”, explicó el funcionario.
Presiones
De igual modo, se quejó de lo inmensa que es la carga personal que se le exige a un administrador tributario en el país, mientras algunos sectores enarbolan un discurso de institucionalización que realmente es “de la boca para afuera”.
El director general de Impuestos Internos planteó como reflexión la necesidad de velar porque esa entidad siga siendo un ente confiable, en el entendido de que una eventual regresión de la DGII haría inviable la burocracia del Gobierno y sería un fracaso para el país.
“Todavía se le exige al Director que personalmente atienda los casos particulares y que vaya mucho más allá de lo que permite la ley; se le solicitan reuniones para que en cinco minutos revierta el trabajo de meses de las áreas técnicas de DGII”, sostuvo.
Es más, apuntó Díaz, hay contribuyentes insatisfechos cuando el director de Impuestos no atiende su caso personalmente y lo resuelve bajo los parámetros que ellos consideran, al margen de cualquier marco legal o de toda razonabilidad.