Algunos inconformes apuntaron de inmediato sus baterías contra la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, para impedir que sea la sucesora designada de Rosselló.
Una gran victoria La renuncia sin precedentes del gobernador, que éste presentó cerca de la medianoche del miércoles después de varias protestas enormes, fue una gran victoria para las decenas de miles de personas que salieron a las calles. Para algunos, la dimisión pareció abrir un número infinito de posibilidades para este territorio estadounidense de 3.2 millones de habitantes.
“Es un mundo nuevo”, dijo el experto político Mario Negrón Portillo. “Esto puede ser un cambio y traer consecuencias que no hemos visto antes”.
Rosselló se vio obligado a dejar el cargo tras la filtración a la prensa de mensajes cargados de expresiones vulgares y groseras que había intercambiado con otros 11 funcionarios en un chat, provocando indignación entre los puertorriqueños, ya de por sí hartos de la corrupción y mala administración que contribuyeron a una recesión que ha durado 13 años, acompañada de una crisis derivada de una deuda de 70,000 millones de dólares y una situación equivalente a la bancarrota.
Muchos también están muy molestos por la recuperación lenta e irregular tras el paso del huracán María, que causó devastación en Puerto Rico en septiembre de 2017 y dejó miles de muertos.
Algunos anunciaron que mantendrían sus protestas contra Vázquez, mientras que otros señalaron que ya no votarán de acuerdo con las líneas partidistas en las elecciones generales de 2020. Sin embargo, la vasta mayoría continuaba saboreando un histórico acontecimiento que para muchos alterará de manera permanente el curso de una isla controlada desde hace mucho tiempo por dos partidos principales, divididos en cuanto a qué estatus político es el más conveniente para Puerto Rico: ser estado o territorio de Estados Unidos. “Más que política partidista, es un movimiento social”, dijo Ana Olga González, de 62 años, profesora universitaria de ciencias ambientales.AP