El padre del jefe de Estado falleció el pasado domingo en la mañana a la edad de 101 años, por varias complicaciones de salud y fue sepultado alrededor del mediodía de ayer en el cementerio Cristo Redentor.
Durante la ceremonia fúnebre, el presidente Medina agradeció a los cientos de personas que asistieron al entierro y al velatorio en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, donde los restos permanecieron desde la tarde del domingo hasta la mañana de ayer.
Luego Medina procedió a describir todas las enseñanzas que le dejó su padre, a quien definió como un “guerrero”.
“Mi papá fue un guerrero, luchó decididamente contra la muerte, pero al final no hay nadie que pueda vencer a la muerte, también cayó”, lamentó el presidente Medina durante los funerales.
Sostuvo que en los últimos seis años su padre sufrió de muchos problemas de salud que llevaron a realizarse un procedimiento que no aguantó y que lo mantuvo 38 días interno en la unidad de cuidados intensivos del Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat).
“Mi papá luchó contra una enfermedad durante muchos años y mucha gente siempre decía que lo peor era la edad, pero estuvo cerca de seis años postrado. Comenzó perdiendo la locomoción y después la voz, pero se mantuvo vivo, luchando. Cada vez que los médicos nos decían que ya no iba a resistir, vencía y ahí quedaba y se quedaba con nosotros porque él era el centro de esta familia”, reflexionó Medina sobre lo que significó su padre para él y cómo influyó en su vida.
“Tronco” de su familia
Con el recuerdo presente de cuando su madre falleció, el mandatario recordó cómo fue la transición después de su muerte y cómo su padre se convirtió en el “tronco” de su familia.
“Cuando murió mi mamá siempre nos reuníamos todos en la casa de mi papá y mi mamá, y yo pensé, bueno se murió mamá probablemente ya la familia se va a desintegrar…, y no, seguimos igual, tal vez con mayor intensidad alrededor de papá”, relató.