Con este robot, con aplicaciones en urología, no sólo se reducen los riesgos de complicaciones postoperatorias, sino que también plantea una mayor precisión en los procedimientos quirúrgicos, así como una recuperación de la intervención muchísimo más rápida que con las técnicas tradicionales, y con menos efectos secundarios.
Muchas intervenciones, de no contar con su apoyo, no serían lo mismo durante el proceso, ni tampoco tendrían el mismo postoperatorio para el paciente.
El doctor Ángel García de Jalón, especialista del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Zaragoza, recuerda una nefrectomía parcial de una paciente muy joven, a la que se le pudo respetar el riñón y extirpar sólo el tumor gracias a disponer del robot Da Vinci, de otra manera esto no hubiera sido posible.
“Sin esta asistencia robótica las probabilidades de éxito hubieran disminuido de manera muy importante. Todas las intervenciones que hemos realizado hasta la fecha con este dispositivo quirúrgico de última generación han evolucionado de manera muy favorable, con resultados que difícilmente se podrían haber conseguido por cirugía laparoscópica tradicional”, sostiene el urólogo.
Y es que, aunque la cirugía robótica se empezó a utilizar inicialmente para operaciones cardiovasculares, el campo donde ha causado un mayor impacto ha sido en la urología, según reconoce este experto: “Ha demostrado una enorme expansión, con resultados excelentes en distintos tipos de intervenciones, como la prostatectomía radical, la cistectomía con reconstrucción vesical, la nefrectomía parcial, la pieloplastia, y la cirugía de prolapso vesical entre otras”.
Mayor precisión en la cirugía
Pero si hay algo que distingue a una intervención realizada con el robot quirúrgico Da Vinci, de una en la que no se ha empleado, es la precisión de la cirugía robótica: “En general, todas las cirugías que precisan cirugía reconstructiva se benefician de la mayor precisión de la cirugía robótica. El caso más evidente es la prostatectomía radical por cáncer de próstata, en la que disminuyen notablemente la posibilidad de incontinencia y de disfunción eréctil tras la cirugía”, manifiesta el doctor García de Jalón.
Este sistema, prosigue, permite realizar cirugías más complejas y disminuir sus efectos adversos: “En el caso de la prostatectomía permite mejorar la tasa de continencia urinaria y de potencia tras la intervención; y en el caso de la cirugía renal permite abordar tumores más complejos permitiendo preservar el riñón sano”.
Es más, este experto de Quirónsalud Zaragoza mantiene que al cirujano le permite realizar la cirugía sentado en una posición mucho más ergonómica y con una mejor calidad de visión, lo que disminuye mucho el cansancio durante la cirugía.
Qué diferencia el robot empleado en urología de técnicas anteriores
Se trata de una evolución de la cirugía laparoscópica, destaca el urólogo, quien mantiene que, en realidad, es una cirugía laparoscópica asistida por un robot quirúrgico, y que plantea una recuperación similar a la cirugía laparoscópica, pero realizada con una mayor precisión; “esto se traduce en mejores resultados oncológicos y funcionales para el paciente”, insiste el especialista.
Con respecto a la cirugía abierta tradicional, igual que la laparoscopia, dice que es “mucho menos agresiva” y con un sangrado quirúrgico muy inferior, “por lo que la recuperación es mucho más rápida”. Asimismo, sostiene García de Jalón que la amplificación de la imagen permite una cirugía mucho más precisa.
Con todo ello, este urológo de Quirónsalud Zaragoza insiste en que su manejo es altamente especializado y, además de la experiencia adquirida por su equipo desde hace más de 20 años en cirugía laparoscópica, ve necesaria una formación específica en el manejo del robot, además de una acreditación de la casa comercial ‘intuitive’ para poder manejar el sistema robótico Da Vinci, el más avanzado en la actualidad.