Acostumbrado a la mayoría legislativa desde el año 2006, el oficialista Partido de la Liberación Dominicana ha ido relativamente “cómodo” en materia legislativa con las cantidades necesarias de representantes para aprobar proyectos en el Senado y la Cámara de Diputados, situación que ha cambiado con la salida de esa organización política del sector que encabezaba el expresidente Leonel Fernández y que le obliga a “negociar”.
Algunos como el ministro de Interior y Policía y miembro del Comité Político del PLD, Ramón -Monchy- Fadul, aseguran que el partido morado y la fuerza que encabeza el presidente Danilo Medina no se han debilitado y, que a raíz de la escisión del PLD, lo que existe es “un congreso plural”.
“El danilismo está más fuerte que nunca porque tú estás viendo el renacer del partido, el relanzamiento del partido, la movilidad del partido y el desprendimiento que hubo fue un grupo muy minoritario”, afirmó Fadul, quien restó importancia a la salida del grupo encabezado por Fernández.
Sin embargo, para el diputado de La Fuerza del Pueblo por Puerto Plata, Juan Carlos Quiñones, lo que ha sucedido es que todo tendrá que ser bajo consenso de las partes porque los peledeístas “ya no tienen mayoría para ellos hacer todo lo que hacían, sin respetar todos los parámetros del nivel legal y constitucional”.
“Ellos no tienen mayoría, esa es la verdad, entonces todo aquí tendrá que ser consensuado en el Congreso Nacional”, dijo Quiñones, sobre su antiguo partido.
El diputado escenificó un enfrentamiento con la diputada peledeísta Isabel de la Cruz que resultó ser el clímax de las relaciones entre los que fueron antiguos compañeros de partido y que ahora se encuentran en bandos contrarios.
Quiñones acusó a los danilistas de creerse “dueños de todo” y al presidente de la Cámara de Diputados, Radhamés Camacho, de parcializarse durante la sesión del pasado martes, cuando mandó a que le apagaran el micrófono tras su enfrentamiento con De la Cruz.
En el año 2006 el PLD junto a sus aliados obtuvieron 22 de 32 escaños en el Senado y 96 de 178 curules en la Cámara de Diputados, lo cual facilitó la gobernanza para el entonces presidente Fernández.
Luego, en el 2010, los peledeístas subieron a 31 curules en el Senado y 90 en la Cámara de Diputados. En ese año por la reforma a la Constitución, la cantidad de diputados aumentó a 190.
De tener 107 diputados, sin contar los aliados, el PLD pasó a tener un total de 80 legisladores en la Cámara Baja que junto a los aliados suman 98, en caso de que los del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) se mantengan, algo que aún está en juego, según ha dicho el propio vocero de estos Radhamés González.
Para el vocero de los diputados del PRD el Congreso Nacional se encuentra en una situación “difícil” debido a que por más de una década el PLD mantuvo “una mayoría aplastante” que ya no tiene.
“Al producirse esa división (en el PLD) es evidente que los proyectos de leyes que vayan a pasar por la Cámara de Diputados tendrán que ser proyectos de leyes consensuados”, analizó González.
Mientras que para el diputado del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Robinson Díaz, la división del PLD “viene por primera vez a dar un equilibrio de fuerzas en el Congreso” aunque destaca que su partido sigue siendo el del liderazgo opositor con 51 legisladores en la cámara baja.
La crisis en el Congreso pudiera extenderse debido al anuncio que hicieran los 27 diputados de La Fuerza del Pueblo de que se opondrían al Proyecto de Modificación a la Ley No. 61-18 de Presupuesto General del Estado para el Año 2019 porque el “mismo incluye aspectos que resultan inaceptables”.
Esto pudiera poner en riesgo la aprobación del proyecto de Presupuesto General del Estado para el año 2020 en caso de que las distintas facciones que integran la cámara baja no logren ponerse de acuerdo.