De acuerdo con el más reciente informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, elaborado por cinco entidades de la ONU, por tres años consecutivos los índices van en aumento a medida que se profundizan las crisis globales.
El documento, presentado en esta capital a propósito de la Reunión Ministerial del Grupo de Trabajo de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza del G20, advierte la tendencia está “muy lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, Hambre Cero, para 2030”.
Por el contrario, según el reporte, el planeta ha retrocedido 15 años, con niveles de desnutrición comparables a los del período 2008-2009.
Un número alarmante de personas enfrentan inseguridad alimentaria y desnutrición a medida que los niveles de hambre global se han estancado durante tres años consecutivos, con entre 713 y 757 millones de personas desnutridas en 2023.
“Si las tendencias actuales continúan, alrededor de 582 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030, la mitad de ellas en África”, estimó la investigación liderada por la Organización para la Alimentación y la Agricultura, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud y la Unicef.
Esta proyección se asemeja mucho a los niveles observados en 2015, cuando se adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo que marca un preocupante estancamiento en el progreso. Las tendencias regionales del hambre varían significativamente aunque África encabeza nuevamente los mayores índices.
Según el reporte, en ese continente se estima que el 20,4 por ciento de la población padece inseguridad alimentaria mientras que en Asia es poco más del ocho por ciento.
En América Latina las cifras se acercan al 6,2 por ciento de la población con un discreto avance aunque el reporte confirma un aumento de los índices de hambre entre 2022 y 2023 en Asia occidental, el Caribe y la mayoría de las subregiones africanas.
Además de la expansión del hambre, los organismos advirtieron por la falta de acceso económico a dietas saludables como otro problema crítico que impacta a más de un tercio de la población mundial.
La publicación revela que más de dos mil 800 millones de personas no podían permitirse una dieta saludable en 2022, una disparidad más pronunciada en los países de bajos ingresos, donde el 71,5 por ciento no puede permitirse una dieta saludable.
Fuente Prensa Latina