Solo fueron unos cuantos segundos que la newyorquina Jennifer López y el colombiano J Balvin interpretaron el estribillo del reguetón “Lento”, del cantante urbano NFasis, la noche del domingo durante su actuación en el show de medio tiempo del partido del Super Bowl, de la NFL entre los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers.
Pero eso fue más que suficiente para colocar al exponente de la música urbana en una posición con una muy buena ventaja en el emporio internacional.
NFasis lo sabe, todos los que conocen del negocio de la música también están conscientes del significado de este paso para el dominicano. Este espectáculo (que se lleva a cabo durante el medio tiempo del campeonato de la National Football League NFL) es el más visto el mundo. Se estima que unos 120 millones de espectadores sintonizan el partido, que se transmite a más de 200 países.
Definitivamente es un paso importante para un cantante que pertenece a una generación de jóvenes que tuvieron muy pocas oportunidades para desarrollar su intelecto musical y que vieron en la música urbana una salida a su vida.
Joel García Domínguez es el nombre de pila de NFasis, quien en los inicios de su carrera sus temas eran un culto al sexo, la violencia y el irrespeto.
Para NFasis no importaba nada, en esos tiempos llamar la atención del público y ser escuchado era lo único que deseaba.
Pero Joel quería más y no se conformaba con lo limitado del mercado local. Así que decidió dar un giro a sus creaciones y comenzó por acercarse a un reguetón más consumible y entendible por un público más global y para eso tenía que cambiar las letras de sus canciones.
“Entendí que grabar una canción usando la jerga dominicana no llegaría a ningún lado. Eché todas esas palabras que inventamos los reguetoneros del patio y comencé a grabar con letras que pudieran ser más comerciables. El reguetón Lento es uno de ellos, y por lo que vemos ha tenido un excelente resultado a nivel internacional”, expuso NFasis.
Entrevistado vía telefónica, Joel aseguró que también dejó a un lado el reguetón ofensivo y explícito en cuanto violencia y sexo.
“Dejé de grabar ese tipo de letras porque, además, tengo tres hijas que tengo el deber de educar y así no las podía corregir”, afirmó.