El actual ministro de Trabajo, Winston Santos, está consciente de la difícil situación que asumirá el próximo gobierno de Luis Abinader en el sector laboral con empresas al borde del cierre de sus operaciones y más de 800,000 trabajadores suspendidos, 360,000 que reciben ayuda y cerca de 480,000 sin ayuda.
“Es una situación difícil, difícil, es un tema que el nuevo Gobierno tendrá que enfrentar”, manifestó Santos a los medios de comunicación luego de haberse reunido por cerca de dos horas con el próximo ministro de Trabajo, Luis Miguel de Camps, quien asumirá el cargo a partir del 16 de agosto. Santos expuso que la situación que atraviesan los trabajadores dominicanos “no es buena, no es halagüeña”, a pesar de que las suspensiones de contratos se han reducido de 800,000 a 360,000. A manera de ilustración, el funcionario señaló que todos los días cientos de trabajadores cesanteados o despedidos abarrotan el patio de la institución buscando el cálculo de prestaciones y ante este panorama dijo que lo que le espera al país requerirá que las nuevas autoridades tomen actitudes inteligentes, fuertes y tengan buena disposición. Sostuvo que mientras el Gobierno está pagando a 360,000 trabajadores RD$8,500 mensual mediante el Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado (FASE 1), hay muchos que han sido suspendidos otra vez y fácilmente se quedarán sin prestaciones.
Agregó que aunque al ministerio no se notifica el total de despidos que ocurren en el país, al término de la semana pasada se habían registrado 70,000 cancelaciones formales de contratos de trabajo y puntualizó que del total de trabajadores suspendidos cerca de 600,000 han retornado a sus puestos de trabajo.
El próximo ministro Luis Miguel De Camps manifestó que la gestión de Luis Abinader está comprometida a impulsar mejores condiciones de trabajo y más empleos a través de las políticas económicas y acciones propias del ministerio. Una de sus principales metas será fortalecer el sistema de seguridad social.