FORT LAUDERDALE, Florida, EE.UU. (AP) — Algunos pagaron cientos de dólares para decir que estuvieron en el estadio a fin de presenciar el debut de Lionel Messi con Miami. Otros desembolsaron incluso miles.
Y los dueños del equipo pusieron sobre la mesa más de 100 millones de dólares, sólo para vivir este momento.
Hasta ahora, parece que el dinero fue bien invertido. El inicio de Messi con el Inter fue inolvidable, digno del mejor.
El astro argentino convirtió un tiro libre en el cuarto minuto de descuento para dar el viernes a su nuevo club una victoria de 2-1 sobre el Cruz Azul de México en la Leagues Cup.
“Fue un partido muy bueno nuestro, queríamos empezar así, dándole la victoria a esta gente”, valoró Messi.
Su zurda prodigiosa envió la pelota por encima de la barrera de cuatro defensores cruzazulinos y hacia el ángulo superior izquierdo del arco. Fue el momento cumbre en la breve historia del Inter Miami.
Se jugó apenas un minuto más antes de que el silbato del árbitro y los juegos pirotécnicos resonaran.
Bienvenido Leo.
“Era importante arrancar ganando y por suerte lo pudimos al final y estoy muy contento”, expresó el 10 de la selección argentina, quien saludó a los aficionados antes del partido y en el primer tiempo, durante el que estuvo sentado en el banquillo. Dirigió otro saludo cuando calentaba.
Y los despidió a todos con su tiro magistral. Observó la forma en que el balón inflaba las redes, como lo ha hecho unas 800 veces en partidos de sus clubes y su selección. Luego, corrió jubiloso a una esquina de la cancha y saltó a los brazos de sus compañeros.
Messi ingresó en los albores del complemento, cuando Miami ganaba por 1-0. Abrazó al mediocampista al que sustituyó, su compatriota Benjamin Cremaschi, y trotó para ocupar su posición mientras los 21.000 espectadores se ponían de pie para ovacionarlo. Muchos levantaron sus teléfonos para tomar fotos y videos del momento.
Se requirieron cuatro años de planeación del Inter y dos años de cortejo para traer a Messi a esta ciudad.
“Valió la pena”, dijo el copropietario David Beckham esta semana. Messi tardó muy poco en darle la razón.
Tanto Beckham como los otros dueños Jorge y José Mas esperaban a un lado de la cancha. En cuanto concluyó el duelo, Jorge Mas le plantó un beso a Messi y su mejilla cubierta de sudor.
Los jugadores del Cruz Azul atestiguaron la escena en silencio. Lamentaron la derrota pero se marchan con una historia que contar, sobre la forma en que hizo falta un momento mágico de Messi para derrotarlos.
Nadie dejó su asiento cuando sonó el silbatazo que puso fin al primer tiempo. La razón fue que Messi estaba en la cancha.
Calentó durante unos cinco minutos del intermedio, junto a los demás suplentes, antes de que todos se marcharan a los camerinos.
Fue entonces cuando los aficionados pudieron bajar sus teléfonos y darse un respiro, aunque fuera temporal. La espera había comenzado oficialmente.
Messi reanudó el calentamiento poco antes del inicio del complemento. Saludó a un grupo de fanáticos que estallaron en júbilo.
Y a los ocho minutos del segundo tiempo, llegó la hora de Messi.
El primer gol del Inter en la era de “Leo” fue obra de Robert Taylor, quien recibió un largo centro de Robbie Robinson, entró en el área y realizó un tiro rasante junto al segundo palo, para el 1-0 en el primer tiempo.