Santo Domingo.– Marcos Cochón, superintendente de Electricidad en la etapa 1999-2000, ha mostrado su sorpresa por el aparente cambio de posición de la Superintendencia de Electricidad (SIE) al mantener el sistema de medición neta en el último borrador del Reglamento para la Aprobación, Interconexión y Operación de Instalaciones de Generación Distribuida en Energía, que regula, entre otros aspectos, el uso de los paneles solares.
“Esta decisión es incorrecta pues no se corresponde con las mejores prácticas regulatorias”, asegura.
Cochón afirma que el borrador anterior había dado un paso de avance al introducir el esquema de la facturación neta, reconociendo que es el esquema comercial más neutro y justo al momento de distribuir los costos de energía del sistema entre los agentes involucrados, evitando un exceso de intervención en el mercado que derive en redistribución de costos e ingresos en beneficio de unos agentes y en perjuicio de otros.
El exsuperintendente de Electricidad entiende que “mantener el esquema de medición neta es extender en el tiempo una deficiencia por todos reconocida, que implica un subsidio tarifario importante para aquella energía no consumida de manera instantánea por los propietarios de la generación distribuida que no cuentan con sistemas de almacenamiento”.
Se estima que este subsidio en el costo de la energía durante el 2024 ha oscilado entre 20% y 35% del precio por cada KW/h inyectado por los proyectos de generación distribuida bajo esas características a lo largo de los doce meses del año.
Cochón intervino el viernes pasado en las vistas públicas convocadas por la SIE sobre el nuevo reglamento.
El análisis presentado durante su intervención se fundamentó en una revisión de los principios de buenas prácticas regulatorias internacionales, como es el caso de España, donde se pasó de aplicar el sistema de medición neta como esquema comercial para la generación distribuida a uno de facturación neta.
El nuevo reglamento propuesto busca establecer las condiciones para la interconexión de sistemas solares a las redes de distribución, abarcando tanto las empresas distribuidoras (EDE) como los sistemas eléctricos aislados. Con el notable crecimiento del mercado de paneles solares, surge la necesidad de implementar soluciones que permitan mitigar las pérdidas que enfrentan las distribuidoras, ya que los usuarios de estos sistemas continúan utilizando la infraestructura de distribución eléctrica.
El esquema vigente no diferencia con precisión entre el propósito de autoconsumo de los usuarios de paneles solares y la venta de energía excedente a las distribuidoras.
Como resultado, cuando los clientes usan su propia energía en lugar de adquirirla de la red, las distribuidoras enfrentan una disminución de ingresos significativa. Además, la obligación de garantizar un suministro continuo, incluso en momentos en que la generación local no alcanza a cubrir la demanda, genera costos adicionales para estas empresas.
En el caso de los sistemas eléctricos aislados, que atienden a más del 80 % de la actividad turística nacional sin recibir subsidios estatales, se espera que el nuevo reglamento incorpore un modelo tarifario revisado.
Este modelo de facturación neta permitiría que la energía vertida en la red se remunere a un precio inferior al que se paga por la energía consumida, ayudando a equilibrar los costos operativos que actualmente representan cerca de 90 millones de dólares anuales para las distribuidoras.