FILADELFIA.- El quinteto de Philadelphia derrotó este martes por 122-100 al conjunto de Brooklyn y ganó la serie 4-1.
Los Philadelphia 76ers se apoyaron en una gran actuación del pívot camerunés Joel Embiid y vencieron este martes 122-100 a los Brooklyn Nets para llevarse por 4-1 la serie de primera ronda de playoffs en la Conferencia Este de la NBA.
Los Sixers se enfrentarán en la siguiente fase a los Toronto Raptors, que previamente vencieron a los Orlando Magic 115-96 y también se agenciaron su tope por 4-1.
“No queríamos ir de vuelta a Brooklyn y ahora frente a Toronto será una buena serie. Es un buen equipo, pero nosotros tenemos también un buen equipo”, señaló Embiid, quien terminó con 23 puntos y 13 rebotes.
La otra semifinal de la Conferencia Este se definió antes y será entre los Milwaukee Bucks, que barrieron a los Detroit Pistons (4-0), y los Boston Celtics, que también pasaron la escoba (4-0) a los Indiana Pacers.
Luego del conato de pelea del sábado en la serie Sixers-Nets que resultó en las expulsiones de Jared Dudley (Nets) y Jimmy Butler (Sixers), el partido de este martes corrió con calma hasta faltando un minuto, cuando estuvo a punto de complicarse otra vez.
Rodions Kurucs (Nets) y Jonah Bolden (Sixers) fueron nuevamente expulsados después que el primero entró al aro y se quedó agarrado del segundo, quien después lo empujó antes de que interviniera el árbitro.
Los Sixers salieron desde el principio con la idea de finiquitar el pleito y se llevaron el primer parcial por 32-15, y el medio tiempo 60-31.
La ventaja al finalizar el tercer cuarto ya era abismal a favor de los Sixers (95-64), con un Embiid inspirado pese a su lastimada rodilla.
La ventaja favorecía no solo a Philadelphia sino también a su astro Embiid, quien podía así tener más minutos de descanso de cara a la próxima ronda.
Los Sixers, que jugaron con los suplentes el último parcial, pasaron la barrera de los 100 puntos (101-69) con un enceste de tres puntos del reserva Jonathon Simmons en los dos primeros minutos del último cuarto.
El partido fue desnivelado desde el inicio, y se vio a un quinteto neoyorquino desmotivado, que tuvo que soportar la humillación de verse aplastado por la reserva de los Sixers.