SANTO DOMINGO.- Se habla de un incremento salarial que deberá ser discutido y consensuado por los sectores que conforman el seno del Comité Nacional de Salarios, y desde ya cada parte prepara su propuesta para presentarla al organismo. Cada uno va preparado, con su as bajo la manga y dispuesto a dialogar.
Esta vez la urgencia es mayor que antes, pues el covid ha desatado también una crisis económica honda y catastrófica: quiebra de negocios, frustración de iniciativas propias, desempleo disparado, bancarrota de muchos bolsillos. Además, los trabajadores sufren la escalada de precios en la canasta básica: los productos más populares se han encaramado, volviéndose inalcanzables para muchas familias.
Los líderes sindicales van unidos y quieren más. Así lo expresaron este lunes Rafael -Pepe- Abreu y Gabriel del Río, presidente y secretario general de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS) y de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASD), respectivamente. La ausencia momentánea del líder de la Central Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), Jacobo Ramos, no fractura la unidad.
Abreu y Del Río informaron que pedirán un 40 % de aumento salarial, a partir de mañana que es cuando se reunirá el Comité Nacional de Salarios. Entonces se pondrán las cartas sobre la mesa para empezar a barajar la partida. Aún es prematuro para apostar a un ganador. Sin embargo, la experiencia demuestra que toda propuesta es negociable y que la estrategia de los sindicalistas es pedir más de la cuenta para conseguir la mitad. Así, ese 40 % quedaría reducido a un 20 % como mucho. Si se aprobara sería un triunfo pírrico para los trabajadores, que recibirían una anestesia financiera para sobrellevar la inflada situación económica.
Del Río apuntó que el 40 % sería general, sin incluir a los trabajadores del sector turismo, zonas francas ni construcción.
“Sabemos que hay muchas empresas que no están en condiciones de un aumento salarial, pero hay otras empresas que han ganado mucho dinero”, manifestó.
El otro lado está a la defensiva, con más trincheras que disparos. Así lo dejó entrever el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Pedro Brache, quien llamó a esperar que se barajen las cartas.
Esa calma se basa en que aún hay tiempo para sentarse a negociar: en julio es cuando vence la fecha del esperado ajuste salarial.
Los tres -Pepe Abreu, Del Río y Brache- hablaron en el Palacio Nacional.
El último reajuste salarial se hizo en 2019, cuando los trabajadores privados no sectorizados recibieron una elevación de 14 % en sus ingresos.
El Comité Nacional de Salarios es una mesa de tres patas: el Gobierno, los empresarios y los obreros. Su misión es establecer el salario mínimo de los trabajadores de los diferentes sectores de la vida económica.
Se encarga de revisar los salarios cada dos años, propiciando el diálogo y consenso de los diversos sectores.-