El director del Hospital Darío Contreras informó este jueves que le retiraron la ventilación mecánica al joven Gustavo Rodríguez, quien está en cuidados intensivos desde el pasado Jueves Santos cuando fue apuñalado siete veces por su expadrastro, Ricardo Leonor Abreu.
El doctor Cesar Augusto Roque dijo que el paciente de 19 años sigue en cuidados intensivos y aunque su pronóstico es reservado, está conversando conscientemente con los médicos y con su madre Kirsy Raquel Guerra (Raquelita). Dijo que tienen la aspiración de que esta semana sea sacado de cuidados intensivos y que pronto pueda ser despachado a su casa.
“Si controlamos algunos picos febriles aspiramos a que esté egresando de cuidados intensivos a partir de mañana (viernes), y a principio de la semana que viene a su casa”, dijo el doctor.
Además, dijo que clínicamente tienen las expectativas de que el joven no quede con ninguna lesión permanente, ya que mueve sus brazos, y sus funciones vitales como pulmón, corazón e intestino, entre otros órganos están marchando “a la perfección”.
Preguntó por su abuela
Raquelita no se ha despegado de su hijo. En conversación con Diario Libre, Raquel reveló que en la mañana de hoy, a pesar de su delicada condición y de la tristeza, su hijo le preguntó por su abuela Reyna Margarita Pérez Mella (asesinada) y preguntó que si el agresor (su expadrastro) estaba detenido.
“Los médicos le están brindando buena atención. El niño habla, está consciente y está avanzando. Esta mañana conversé con él, está muy consciente, preguntó por su abuela y preguntó por el agresor, quería saber si estaba detenido. Y dentro de su condición de tristeza y fragilidad, mantiene su cordura y su claridad mental”, dijo Raquel a Diario Libre, vía telefónica.
Proceso judicial
El imputado Ricardo Leonor Abreu, de 41 años de edad, deberá responder ante los tribunales por causar la muerte a su exsuegra Reyna Margarita Pérez Mella, de 73 años de edad, y herir a Gustavo Rodríguez, de 19 años.
Reyna Margarita Pérez Mella era la madre de Raquelita, con quien el agresor había procreado tres hijos.