El trabajo se ha presentado en el XV Congreso Nacional de GeSIDA celebrado en Zaragoza esta semana, en vísperas del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, 1 de diciembre, y pone de manifiesto un retraso en la aparición de eventos adversos para la salud en las personas con VIH que toman tratamiento antirretroviral.
En realización de este estudio han participado expertos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca, Hospital Universitari Joan XXIII del Tarragona, Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla, Hospital Universitari Vall d´Hebron de Barcelona, Hospital Donostia de San Sebastián, Hospital Universitari de Bellvitge de L´Hospitalet de Llobregat y Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
El estudio explica que gracias a la gran efectividad del tratamiento antirretroviral (TAR), la infección por el VIH ha pasado a ser una enfermedad crónica, dando lugar a un aumento de la esperanza de vida de las personas que viven con este virus, y por tanto a un envejecimiento de dicha población.
El estudio
El objetivo del trabajo ha sido evaluar la tendencia en la aparición de cormobilidades relacionadas con la edad en la cohorte CoRIS (la mayor con personas con VIH en España) a lo largo del tiempo.
Por este motivo, los autores definieron tres periodos de seis años para el estudio: 2006-2011, 2012-2017, 2018-2023.
Los investigadores se centraron en identificar problemas graves de salud que no estuvieran directamente relacionados con el SIDA, bajo el acrónimo de ENOS, como:
- Eventos adversos cardiovasculares mayores: Infarto agudo de miocardio no mortal, ictus no mortal y muerte cardiovascular.
- Neoplasias malignas no definitorias de SIDA
- Muertes no accidentales.
Los expertos escogieron un total de 18.659 personas que aún no habían recibido el tratamiento antirretroviral para tratarlas y estudiarlas entre estos años.
La incidencia de ENOS en cada periodo fue de 1,44, 0,95 y 0,67 eventos por 1000 personas-año, respectivamente.
La media de edad de aparición del primer evento adverso fue de 42,2 años en el primer periodo, 45,6 años en el segundo y 48,3 años en el tercero.
Pese al envejecimiento de la población, la incidencia de ENOS en personas tratadas con VIH disminuyó de manera significativa a lo largo del tiempo.
En el estudio presentado en el congreso de GeSIDA se aprecia un retraso notable en la edad de aparición de estos eventos.
Esto podría indicar que las mejoras en el TAR y la atención del VIH contribuyen a un envejecimiento más saludable en esta población.