Al llegar al campamento de los Indios en Goodyear, Arizona, en febrero pasado a Carlos Santana le sobraban razones para calcular ingresos por US$38.3 millones en los siguientes 19 meses.
El inicialista con vista de águila para embasarse venía de un 2019 que había sido su mejor año al madero en 10 temporadas con una línea ofensiva de .281/.397/.515, con marcas personal en jonrones (34), empujadas (93) y victorias sobre jugador reemplazo (4.6).
Sin embargo, el recorte de la temporada a un 37 por ciento del calendario dragó US$13,125,001 de su salario en 2020 y su bajo rendimiento con el madero en los 60 partidos de este 2020 (.199/.349/.350) convenció a la gerencia de un Cleveland en reconstrucción de que no tenía sentido pagarle en 2021 los US$17.5 millones de opción al nativo de Los Mameyes.
La de Santana, que cumplirá 35 años en abril, es la opción más grande que pierde un pelotero dominicano. La incluyó en su pacto con los Filis en 2017. En cambio, los Indios le pagaron un buyout (compra) por US$500,000. Horas antes, los Medias Blancas de Chicago también rehusaron ejercer la opción de US$12 millones de Edwin Encarnación, que si bien mostró que mantiene el poder a sus 37 años, no fue regular con el contacto por terreno de nadie (.157/.250/.377).
La agencia libre se abrió el miércoles y hasta ayer domingo los equipos tenían la opción de hacer ofertas calificadas de US$18.9 millones a aquellos jugadores cuyos contratos expiraron, estuvieron con el club desde el inicio de la campaña y nunca les habían hecho esa propuesta. Starling Marte lo vivió distinto. Los Marlins ejercieron la opción de US$12.5 millones para 2021, lo que extenderá hasta US$52.1 MM aquella extensión que pactó con los Piratas en marzo de 2014, que solo garantizaba US$31 MM por seis campañas.
Dellin Betances ejerció la suya con los Mets, que le garantiza US$6 millones.
Para Carlos Santana y Encarnación puede haber llegado el final de cobrar decenas de millones cada año.
Para Nelson Cruz, el de mayor edad entre los criollos que han quedado desempleados, el escenario es distinto. Con 40 años desde el primero de julio colocó una línea ofensiva de .303/.397/.595, envió 16 pelotas sobre la pared y llevó 33 vueltas al plato. Son números en una campaña completa de 40 jonrones y 100 remolcadas con porcentajes altos, lo que le garantiza que sobrarán ofertas por sus servicios.
Spotrac fija su precio en US$8.9 millones por campaña, pero reportes dan cuenta de que el montecristeño busca garantía por dos años y unos US$25 millones.
Pero el gran dinero de este otoño invierno donde los equipos afrontan la incertidumbre de otro año por debajo a causa del COVID-19 se lo debe llevar Marcell Ozuna.
El bocachiquense, afectado por molestias en el hombro derecho en sus años en San Luis, rechazó atar un contrato multianual el invierno pasado para tomar 2020 como campaña donde recobrara valor y el riesgo ha valido la pena puesto que ha terminado una campaña donde su nombre tomará votos para el premio al Jugador Más Valioso.
Ozuna, Guante de Oro en 2017 con los Marlins, solo jugó 21 de los 60 juegos en defensa, pero lideró la Liga Nacional en jonrones (18), vueltas empujadas (56), total de bases (145) con una impresionante línea de .338/.431/.636 y 2.3 WAR para los Bravos.
Unos números que le dan un valor de mercado de US$20 millones por curso y sus agentes buscan un pacto de al menos US$100 millones.
Alex Colomé y Jonathan Villar son los otros criollos en la agencia libre que parecen contar con más opciones. Allí también se encuentran Iván Nova, Pedro Báez, Juan Nicasio y Eduardo Núñez.