El secretario de Seguridad Pública de Haití, Ronsard Saint Cyr, llamó a la población a retomar sus actividades y abrir sus negocios.
Por las calles de Puerto Príncipe circulaban unos pocos vehículos y algunas motociclistas debido a la huelga de dos días de los transportistas.
Las gasolineras y la mayoría de los negocios, bancos, mercados, oficinas públicas e incluso el hospital de la zona residencial de Petion Ville permanecían cerrados desde el fin de semana.
La huelga de dos días convocada por los gremios del transporte se produce luego de los violentos disturbios registrados el fin de semana contra el anuncio del gobierno de que incrementaría a partir del 7 de julio entre 38% y 51% las tarifas de los combustibles. En el marco de las protestas murieron siete personas.
Aunque el primer ministro Jack Guy Lafontant revocó el sábado el incremento, los transportistas piden la renuncia del funcionario y algunos demandan la dimisión del presidente Jovenel Moïse.
El incremento de los combustibles formaba parte de un paquete de medidas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional, que incluía mejorar la recaudación de impuestos para fortalecer la economía del país más pobre de América.
Como parte de las protestas contra el intento de aumentar los hidrocarburos, decenas de hombres encapuchados bloquearon las calles de la capital y otras localidades con barricadas y atacaron decenas de comercios, incendiaron varios inmuebles y un número no cuantificado de vehículos.
Tras los disturbios que concluyeron la noche del sábado cientos de personas saquearon la víspera los supermercados que habían sido atacados el día anterior.
Personal del gobierno limpiaba el lunes las calles para retirar los escombros y barricadas que habían colocados los manifestantes.
Gary Bodeau, presidente de la Cámara de Diputados, pidió el lunes en un comunicado una reunión de urgencia de los tres poderes del Estado “para restablecer la confianza del pueblo” y exigió una interpelación del primer ministro a fin de que explique la situación del país.
Ni el presidente Moïse ni el primer ministro Lafontant han hecho comentarios sobre los reclamos.AP