San Juan (EFE).- La Guardia Costera estadounidense en San Juan informó ayer jueves que repatrió a 28 inmigrantes dominicanos tras interceptar una embarcación en aguas cercanas a la isla de la Mona, frente a la costa oeste de Puerto Rico.
“A pesar de los múltiples rescates recientes en el de Marzo que implican viajes de migración irregular ilegales, los traficantes se niegan sistemáticamente a cumplir cuando son interceptados, lo que pone en peligro la vida de todos los migrantes en estos viajes”, lamentó en un comunicado Gerard Wenk, jefe de respuesta del sector San Juan de la Guardia Costera.
De acuerdo a las autoridades, una tripulación de Aduanas y Protección de Fronteras detectó la noche del domingo pasado una embarcación improvisada muy sobrecargada, frente a Cabo Rojo, en el suroeste de Puerto Rico.
Los guardacostas del sector San Juan desviaron el buque Paul Clark y movilizaron a la unidad de Operaciones Aéreas y Marítimas de Aduanas y Protección de Fronteras, en colaboración con una unidad marítima de Fuerzas Conjuntas de Acción Rápida de la Policía de Puerto Rico.
Una vez en el lugar, tanto la Guardia Costera como las unidades de superficie de Aduanas y Protección de Fronteras interceptaron la embarcación. La tripulación del buque Cutter Donald Horsley repatrió el miércoles a 28 migrantes a República Dominicana, dos de ellos interceptados en otra operación.
“Agradecemos a todos nuestros socios interinstitucionales su respuesta, que ha sido decisiva para garantizar la recuperación y repatriación seguras de todos los migrantes”, añadió Wenk.
Una vez a bordo de la embarcación de la Guardia Costera, todos los migrantes reciben alimentos, agua, refugio y atención médica básica, según las autoridades.
“Para aquellos que estén pensando en participar en un viaje ilegal de emigrantes, no se hagan a la mar, podría salvarles la vida”, sentenció Wenk. Desde el 1 de octubre de 2023 hasta el 31 de enero de 2024, la Guardia Costera ha llevado a cabo 24 interdicciones de viajes ilegales en aguas cercanas a Puerto Rico.
El número de interceptados durante este período fue de 780 ciudadanos no estadounidenses, entre ellos 742 dominicanos, 37 haitianos y un venezolano. Isla de Mona está situada en el canal homónimo, que separa Puerto Rico de República Dominicana y es una ruta migratoria frecuente.