Al concluir sus declaraciones de cómo funcionaba el supuesto entramado de corrupción que involucra a los acusados en la Operación Coral, Raúl Alejandro Girón Jiménez, responsabilizó a todos los acusados con sus abogados si le pasa algo a él o algún miembro de su familia.
Aseguró también que si le pasa algo a él o algún miembro de su familia deben investigar al exdirector del Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur), Juan Carlos Torre Robiu, a su actual director interino y también al director de recursos humanos.
Dijo que a pesar de que hay un cambio de gobierno, los militares siguen controlando las instituciones castrenses y realizando las mismas acciones ilícitas por las que están presentes ante el Tribunal Colegiado del Distrito Nacional.
Acusó a Núñez de Aza de ser la vía de todos los implicados, indicando que la nómina del Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial y del Cestur, solicitada por el ministerio público no la pudieron mandar porque no había forma humana de explicarla, ya que hasta el mismo que tenía dos sueldos de 70 mil y 180.
“Yo cobraba en la misma nomina 70 mil pesos por un lado, por otro lado 180 mil pesos, a veces más, eso era para yo devolverlos, ya no dábamos basto no teníamos gente para poner y teníamos que ponernos a nosotros mismos, habíamos saturado la capacidad de todos los que recogíamos dinero no teníamos la capacidad de justificar más personal”, dijo .
Dijo que como los casos de seguridad nacional no se auditan y por ahí se hacían los negocios ilícitos y la misma persona “cobraba 14 veces, 10 veces, 20 veces”.
Girón precisó que todo lo que solicitaba el ministerio público en medio de la investigación había que notificarle a Adán Cáceres.
Aseguró que en el allanamiento se encontró una solicitud de transferencia para ser policía, porque ahí se podía buscar una pensión de 350 mil pesos y se pensiona con lo mismo que el presidente.