El presidente, de 39 años, que mantiene una tasa de popularidad por encima del 90% y ha hecho de Twitter su herramienta de comunicación preferida, lo describió como una idea que podría contribuir al progreso de El Salvador.
“La semana que viene enviaré al Congreso una ley que convertirá el bitcoin en una moneda de curso legal en El Salvador”, dijo Bukele. “En el corto plazo, esto generará empleos y ayudará a fomentar la inclusión financiera a miles de personas fuera de la economía formal, y en el medio y largo plazo esperamos que esta pequeña decisión pueda ayudarnos a llevar a la humanidad al menos un poco en la buena dirección”.
La moneda oficial en El Salvador es el dólar estadounidense. En torno a un cuarto de los ciudadanos de El Salvador viven en Estados Unidos y el año pasado, pese a la pandemia , enviaron a casa más de 6.000 millones de dólares en remesas.
El partido Nuevas Ideas de Bukele tiene mayoría absoluta en el nuevo congreso, formado el 1 de mayo, lo que hace muy probable la aprobación de cualquier propuesta legislativa del presidente.
No se publicaron detalles originales del plan. Pero en mensajes posteriores en Twitter, Bukele indicó que los bitcoins serían “la forma más rápida de transferir 6.000 millones de dólares al año en remesas”. Gran parte de esas transferencias, señaló, se perdieron en intermediarios, y más de un millón de familias de bajos ingresos podrían beneficiarse del cambio.
También dijo que el 70% de la población de El Salvador no tiene cuenta bancaria y trabaja en la economía informal. Las criptomonedas podrían mejorar la inclusión financiera, señaló.
Aprovechando su alta popularidad y el buen resultado de su partido en las elecciones del 28 de febrero, Bukele ha concentrado el poder. La amplia mayoría de su formación en el congreso le permitió destituir a magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia el 1 de mayo, así como al fiscal general.
Los magistrados y el fiscal general habían sido críticos con algunas de las medias más drásticas de Bukele durante la pandemia, como una orden de confinamiento obligatorio y la creación de centros de contención para los detenidos por incumplir la cuarentena.
El mandatario tuvo una relación positiva con el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, pero ha chocado más con el gobierno del actual presidente, Joe Biden.
El enviado especial de la Casa Blanca al Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, dijo el mes pasado durante una visita a El Salvador que el gobierno de Estados Unidos querría que El Salvador diera marcha atrás en las destituciones de jueces y del fiscal general. Bukele descartó esa posibilidad.
La concentración de poder durante el mandato de Bukele, los ataques a sus detractores y su claro rechazo a los controles sobre su mandato han provocado reparos sobre el futuro de El Salvador. Sin embargo, Bukele disfruta de un amplio apoyo debido en parte al hecho de que los partidos tradicionales que gobernaron el país durante 30 años no mejoraron la vida de la gente, así como a la capacidad del presidente de ofrecer beneficios en el corto plazo.
Bukele ha sido elogiado por su agresiva estrategia para obtener vacunas contra el COVID-19 y por gestionar un eficiente programa de vacunación, mucho más exitoso que el de los vecinos de El Salvador.AP