WASHINGTON.- Los manifestantes apostados este lunes frente a la Casa Blanca fueron dispersados con gases lacrimógenos poco antes de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, abandonara su residencia para atravesar caminando la plaza que ha albergado las protestas de los tres últimos días y posara con una biblia en la mano ante una conocida iglesia capitalina.
Justo antes de que entrara en vigor el toque de queda en el Distrito de Columbia, que alberga a Washington, la Policía despejó Lafayette Square, el parque situado frente a la Casa Blanca, que el mandatario, rodeado de algunos de sus asesores, atravesó para dirigirse a la iglesia episcopal de Saint John, en la que han rezado todos los presidentes estadounidenses desde el siglo XIX.
Trump posó ante las cámaras con una biblia en la mano frente a las ventanas tapiadas de la iglesia, en cuyo sótano se desató en la noche del domingo un incendio en medio de los intensos disturbios.
UNA DECISIÓN VERGONZOSA
La alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, criticó el ataque de la policía federal a los manifestantes, que ante el bloqueo permanecieron alejados de la mansión presidencial.
“Impuse un toque de queda a las 7 pm (23.00 hora GMT). 25 minutos antes del toque de queda y sin provocación, la policía federal usó municiones contra manifestantes pacíficos frente a la Casa Blanca, un acto que hará que el trabajo de los agentes del Departamento de Policía del Distrito de Columbia sea más complicado. ¡Vergonzoso!”, tuiteó.
La edil terminó su mensaje instando a los vecinos de Washington a que se marcharan a casa y se mantuvieran a salvo.
También la propia encargada de la iglesia, Mariann Budde, expresó al diario The Washington Post su “indignación”.
“Estoy perpleja. Necesitamos liderazgo moral y el presidente ha hecho todo para dividirnos y acaba de usar uno de los símbolos más sagrados de la tradición judeocristana”, explicó Budde, que pasó la jornada entregando botellas de agua a los manifestantes y llamando a la protesta pacífica.
A las críticas se sumó el virtual candidato demócrata a la Presidencia, el exvicepresidente Joe Biden, quien escribió en su cuenta de Twitter: “lanzó gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos y disparó balas de goma para una foto”.
“Está usando el Ejército estadounidense contra el pueblo estadounidense”, se quejó, sin mencionar directamente a Trump.
Estados Unidos enfrenta una ola de protestas a raíz de la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano que falleció a manos de un policía blanco en Mineápolis (EE.UU.) hace una semana .
RECURSOS FEDERALES PARA DETENER DISTURBIOS
Antes de posar ante la iglesia, el presidente anunció el despliegue de “miles y miles de soldados fuertemente armados” en Washington.
“Estoy movilizando todos los recursos federales, civiles y militares disponibles para detener los disturbios y los saqueos para poner fin a la destrucción y los incendios provocados y para proteger los derechos de los estadounidenses que respetan la ley”, dijo el mandatario en un discurso en la Rosaleda de la Casa Blanca tras el cual no aceptó las preguntas de la prensa.
El mandatario confirmó el envío de “miles y miles de soldados fuertemente armados, personal militar y oficinas de aplicación de la ley para detener los disturbios, los saqueos, el vandalismo, los asaltos y la destrucción desenfrenada de propiedades” en Washington.
Según Trump, la restricción, que comenzó este lunes cuatro horas antes, a las 19.00 hora local, en Washington DC “se aplicará estrictamente”.
PROTESTAS NO CESAN
Pero Estados Unidos volvió a vivir una noche de protestas y disturbios, pese a los toques de queda declarados en las principales ciudades.
En la capital, Washington DC, algunos manifestantes permanecieron en ciertas zonas del centro de la ciudad, entre ellos grupos que lanzaban piedras y destruían los escaparates de las tiendas.
Mientras, en Nueva York, al caer el sol, comenzaron los primeros saqueos en la que supone la quinta jornada consecutiva de protestas en la ciudad por la muerte de Floyd.
La enorme tienda de Microsoft de la lujosa Quinta Avenida fue saqueada por jóvenes manifestantes pese a los grandes tablones de madera colocados en las puertas del establecimiento para tratar de evitar un ataque.
No se libraron tampoco las tiendas de Nintendo, Michael Kors, Kate Spade o Barnes and Noble de la Quinta Avenida, mientras que la policía se enfrentó con jóvenes que irrumpieron en un establecimiento ubicado en el Rockefeller Center.
También se conoció que los manifestantes seguían en las calles en Los Ángeles (California) y Chicago, en el estado de Illinois.