SANTO DOMINGO.- Defendiéndose de las serias acusaciones que enfrenta por posible corrupción, el exadministrador de la Lotería Nacional, Luis Maisichell Dicent, reveló ayer que pensó quitarse la vida pero que no lo hizo por sus hijos y para limpiar su honra.
Frente a la jueza Kenya Romero, encargada de la escandalosa ‘Operación 13’, Dicent afirmó que no fue parte del truco fraudulento del 1 de mayo, y aseguró también que su única misión era “transparentar los procesos” de la Lotería.
Sus declaraciones fueron vertidas cuando se le conocía a él y a los demás implicados la solicitud de medidas de coerción hecha a la jueza por el Ministerio Público.
Diciendo que algunos pensaron que acabaría con su vida, el exfuncionario confesó que decidió seguir viviendo después del “suicidio social” que lo acosa, para que a sus hijos no les llamen “huérfanos del delincuente”, pues “los muertos no pueden defenderse”.
Además, manifestó que el Ministerio Público puede imputarle cualquier cargo o acusación, pero que él solo se empeñó en administrar con diafanidad la institución de los números, y dijo que no hay pruebas de los delitos que se le atribuyen.
Negando que él y William Rosario Ortiz, coacusado y expresidente de la Federación de Bancas de Lotería, fueran socios de rifas, admitió, sin embargo, que aquel tenía plena libertad para “moverse” a lo interno de la Lotería, puesto que eran canchanchanes desde el 2013.
“Si él hizo eso de lo que se le está imputando, es él que tiene que defenderse y limpiar su nombre y el mío”, apuntó el acusado mayor de la presunta red de corruptos.
Dicent señaló que solo quiere justicia y que esperaba fuera tratado con garantía y respeto, pero que eso no se ha hecho con él. Allí, en el tribunal, se quejó así: “Destituído, sin libertad, sin garantías de su reputación y preparación académica”.
Más defensa
El acusado se refirió a la campaña electoral donde, a pocos días de las elecciones, estaba “dando comida” para convertir al entonces candidato en el hoy presidente; y destacó que en ese proselitismo se reunía con banqueros y riferos.
Además, expresó que su deseo era ocupar un cargo en la OMSA o en otra institución, pues si llegaba a la Lotería trataría de sanear esa institución, lo que se haría harto difícil por el conflicto de intereses que encontró.
Dicent dijo que, finalmente, le dieron el cargo de la Lotería ya “cuando no quedaban” posiciones por nombrar, y añadió que encontró una institución en bancarrota, con una deuda de 6 millones de pesos, la cual pagó dejando la institución con un superávit de 420 millones de pesos.
Así también, afirmó que el expediente acusatorio está plagado de “errores” porque la Pepca “nunca” lo interrogó ni le preguntó por la presunta estafa que se le imputa.
El exfuncionario habló de que hay sectores que lo “odian” y de una “fuerza” que le hizo una campaña mediática para desacreditarlo para que ni siquiera pudiera “salir a vender dulces.”
El hombre siguió diciendo que el 27 de febrero la presentadora del sorteo, Valentina Rosario, y otros empleados fueron despedidos de la Lotería, pero que tuvo que reponerla después que funcionarios lo llamaron, y negó que se le haya acercado a ella en el ascensor para hablarle del fraude.
“Yo no tenga persecuciones de grandeza que no sea servir”, articuló.
Dicent comparte la acusación con William Rosario Ortiz, el ciego Miguel Mejía, Valentina Rosario, Miguel Arsenio Mejía Rodríguez, Carlos Manuel Berigüete Pérez, Jonathan Augusto Brea Ovalles, Rafael Mesa Nova, Eladio Batista Valerio, Felipe Santiago Toribio y el camarógrafo Edison Manuel Perdomo Peralta.
El Ministerio Público pide prisión preventiva contra ellos.-