Mientras la pandemia del coronavirus avanza en el país con más de 50 mil casos confirmados, crece la incertidumbre entre padres y tutores sobre el inicio del próximo año escolar y el riesgo de exposición al virus que supondrían las clases presenciales. Al mismo tiempo, muchos abogan por la suspensión de las Pruebas Nacionales de este año por las mismas razones.
Al momento de sopesar la decisión de posponer el regreso a clases para el mes de enero, como han sugerido algunos padres a través de las redes sociales al próximo ministro de Educación, es oportuno tomar en cuenta las consecuencias a largo plazo de que miles de jóvenes permanezcan alejados de las aulas por un período de tiempo tan prolongado.
Para Darwin Caraballo, director ejecutivo de Acción Empresarial por la Educación (Educa) “hay que poner muy claro el riesgo que hay de que un volumen muy alto de dominicanos, sobre todo de los sectores más vulnerables, pasen un período prolongado de tiempo fuera de las aulas, y que eso los impulse a no volver nunca y por tanto a desertar o a no aprender lo que se prevé que aprendan y marginarlos luego por no tener las competencias adecuadas”.
Así lo explicó quien consideró desfavorable tomar decisiones categóricas que comprometan un largo período de tiempo, pues la pandemia aun está en expansión por todo el mundo y la comunidad científica todavía está aprendiendo cómo la enfermedad se propaga y sus efectos sobre la salud.
Caraballo expuso que hay localidades en el país donde el coronavirus no ha llegado, distritos escolares donde no se ha registrado ningún contagio. “En esos espacios la educación pudiera desarrollarse de manera normal, con las medidas preventivas, que incluyen distanciamiento, lavado de manos y el uso de mascarillas”, dijo.
En las localidades donde el número de contagios del COVID-19 es alto, como Santiago y el Distrito Nacional, el especialista sugiere que se implemente un sistema híbrido, en el que los estudiantes asistan menos tiempo de forma presencial.
Enfatizó la importancia de tomar en cuenta el comportamiento de la enfermedad en cada localidad, al momento de tomar decisiones respecto al inicio de año escolar. “Se debieran estar tomando medidas casi en particular por cada centro educativo, de acuerdo con la comunidad y los docentes. Lo importante es que la educación no puede detenerse”, expresó.
Caraballo consideró que los procesos de aprendizaje deben cubrirse, porque de lo contrario “se estaría hipotecando el futuro de cientos de miles de niños y de jóvenes dominicanos que no tendrían acceso al sistema educativo”.
Una de las principales demandas de los padres al designado ministro de Educación, Roberto Fulcar, es la suspensión de las Pruebas Nacionales, las cuales fueron pospuestas para septiembre a causa de la pandemia. Algunos llegan incluso a pedir su eliminación de forma permanente, por considerarlas innecesarias.
Al respecto, el director ejecutivo de Educa se mostró a favor de conservar dichas pruebas, pues considera que sirven de diagnóstico para evaluar el rendimiento escolar. “Son muy valiosas para conocer el estado de situación del sistema educativo… merecen ser mantenidas”, dijo.
Edwin Caraballo admitió, sin embargo, que las Pruebas han ido evolucionando con el tiempo, no así el desempeño de los estudiantes. “Si uno evalúa cuánto fue el promedio que obtuvieron los estudiantes en la primera convocatoria en el 2012 y lo que obtuvieron en la misma convocatoria en el 2018, se da cuenta de que no se modificó ni una sola décima, 17.74 en las dos mediciones”, afirmó.
A su juicio, allí radica la importancia de las Pruebas Nacionales, pues permiten ver cuánto de la inversión que se ha realizado en los últimos ocho años se ha traducido en mejora de la calidad del aprendizaje.
Consideró que no hay que eliminarlas, sino ir perfeccionando y evolucionando para que se pueda realmente evaluar el nivel de aprendizaje y la calidad del sistema educativo.
Sobre las Pruebas de este año, Edwin Caraballo indicó que las autoridades de salud deben garantizar la seguridad del personal y los estudiantes, así como ajustar el contenido de las mismas, para que se evalúen solo los contenidos que se impartieron de forma presencial.
Uno de los primeros nombres dados a conocer del próximo gabinete fue el de Roberto Fulcar. Su nombramiento fue acogido por los sectores más relacionados con el mundo de la docencia con gran complacencia.
Se coincide en señalar la vasta experiencia en el campo educativo y se ve como una gran ventaja la cercanía con el próximo presidente, Luis Abinader. Fulcar ha sido la mano derecha el proyecto de Abinader y se espera que de esta sintonía se desprenda una gran colaboración entre el Ministerio y el Palacio.