El Primer Tribunal Colegiado Penal del distrito judicial de La Vega condenó a 10 años de reclusión este lunes al sacerdote Miguel Bienvenido Florenzán Ulloa por agredir sexualmente al joven Víctor Rafael Mañón Arias, cuando era un adolescente y estudiaba en el Colegio Agustiniano.
La jueza presidenta del tribunal, Lucrecia Rodríguez Ramírez, leyó el fallo e indicó que el sacerdote debe cumplir la medida en el Centro de Corrección y Rehabilitación El Pinito, en La Vega, y pagar 100 mil pesos en favor del Estado dominicano.
La jueza asumió el mismo adjetivo usado por la defensa técnica, de llamar como “coctel de frutas” o “fruit punch” la acusación del Ministerio Público por no probar la acusación de que hubo violación sexual.
“El tribunal le cree a la víctima, pero el fiscal no lo probó”, precisó.
El Tribunal le dio la razón a la defensa técnica porque, agregó, ni el Ministerio Público ni los abogados de la víctima presentaron la pericia médica necesaria para acoger el tipo penal de abuso sexual, es decir, no se comprobó que hubo penetración vía anal.
Añadió, que tampoco se probó que hubo acoso sexual, ya que los testigos indicaron que Mañón Arias era un excelente estudiante, lo que quedó probado en sus calificaciones. Añadió que tampoco hubo sustracción de la casa materna, puesto que fue la propia madre que buscó la ayuda del sacerdote.
Pero, además, tampoco se probó que el sacerdote haya abusado físicamente a Mañón Arias ni que le haya suministrado algún producto que cree dependencia física o síquica.
Por más de dos años, la justicia de La Vega estuvo conociendo el caso del joven Víctor Rafael Mañón Arias, quien acusó al cura de haberlo violado sexualmente mientras estudiaba en el Colegio Agustiniano, siendo el sacerdote el director del mismo.
Mañón Arias indicó que los hechos ocurrieron cuando él era un adolescente, y que en el propio colegio, el sacerdote abusó de él en varias ocasiones: en su oficina y en un lugar secreto al lado de su oficina, donde había una cama. Pero, además, también ocurrió fuera del recinto escolar, incluyendo un viaje a Argentina.
La denuncia indica que el sacerdote se aprovechó de su autoridad para seducir y abusar con penetración anal, en múltiples ocasiones a Víctor Mañón Arias.