VIENA.- El chaleco de protección ha comenzado a pitar y a vibrar, al tiempo que se encienden las luces en los tirantes y la cintura. Es la señal de que se va a rebasar la distancia de seguridad con otra persona que la pandemia de coronavirus ha introducido como una medida de precaución para evitar contagios.
Esa escena puede vivirse ya en Schwarzmüller, un fabricante austríaco de vehículos de carga que se ha convertido en la primera empresa en Europa en usar estos novedosos equipos que alertan de un acercamiento no deseado.
LA SALUD, LO PRIMERO
El portavoz de la empresa, Michael Prock, asegura en declaraciones telefónicas a Efe que al adquirir este sistema personalizado se asume “la responsabilidad de garantizar la salud de los trabajadores”.
“Evitamos también posibles y costosas interrupciones de nuestras líneas de producción en caso de un positivo (por el coronavirus), que nos obligaría a colocar a numerosos trabajadores en cuarentena”, agrega.
La tradicional empresa, con 140 años de historia, ha adquirido decenas de estos chalecos, desarrollados por la compañía alemana Linde Material Handling, y cuyo precio es de 499 euros por unidad (unos 540 dólares).
El objetivo es usarlos en las plantas de producción de Schwarzmüller en Austria, Hungría y la República Checa.
SONIDO, VIBRACIÓN Y LUCES
En caso de que dos trabajadores se acerquen a una distancia inferior a la definida por el sistema, los chalecos emiten de forma simultánea una señal de alarma, una fuerte vibración y una luz de advertencia.
De esta forma, el sistema garantiza el distanciamiento social entre los trabajadores, exigido para controlar la pandemia, también en cadenas de montaje y otras instalaciones industriales.
Los chalecos pesan unos 300 gramos y su batería tiene capacidad para un turno completo de trabajo de unas ocho horas.
ORIGEN EN LOS VEHÍCULOS
Peter Markschläger, portavoz de Linde Austria, explica que esta tecnología proviene de un sistema aplicado en vehículos de transporte en centros de logística o en grandes obras de construcción, que sirve para evitar atropellos, al advertir tanto al conductor como al peatón que se están acercando uno al otro.
“A través de una señal de ultra banda ancha de 4 gigahercios aseguramos que los chalecos siempre se mantengan conectados sin interferencias con otros sistemas”, cuenta a Efe.
Se evitan así conexiones vía internet inalámbrico o bluethooth, ya que son menos estables y exactas en un entorno industrial, explica Markschläger.
Linde es uno de los líderes mundiales en la producción de vehículos de carga para el sector de la logística.
GRAN INTERÉS POR EL CORONAVIRUS
En medio de la crisis sanitaria del coronavirus, el interés por estos chalecos ha crecido mucho, sobre todo entre empresas del sector de la logística, plantas de producción industrial o el comercio con alimentos, aseguran desde Linde Austria.
Según Markschläger, los chalecos se pueden usar “en cualquier área donde trabajan muchas personas, ya que normalmente la gente tiene problemas para estimar bien la distancia necesaria”.
“Por eso, estos chalecos son un instrumento muy útil para asegurar esta distancia”, concluye.