SANTO DOMINGO.- Cientos de feligreses católicos participaron ayer domingo de la tradicional procesión de Domingo de Ramos, con lo que la iglesia católica da inicio a las celebraciones religiosas de la Semana Santa.
Esta procesión, que simboliza “la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén” montado en un burro, partió desde la iglesia Las Mercedes, en la calle del mismo nombre, y concluyó en la Catedral Primada de América donde el obispo monseñor Francisco Ozoria Acosta encabezó una misa.
Con ramos de palmas en las manos los feligreses caminaron, escoltados por “La Guardia Romana”, los sacerdotes y la banda de música del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, con el grito de “Bendito sea el que viene en nombre del Señor”.
Durante su homilía, Ozoria manifestó de que la Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año, “sin embargo, para muchos católicos se ha convertido solo en una ocasión de descanso y diversión”. “Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la pasión y muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae”, dijo Ozoria.
Expresó que “vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al sacramento de la penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua”.