BARCELONA (AP) — Huelgas y marchas paralizaron el viernes la región de Cataluña y su capital, Barcelona, en el quinto día de protestas contra las condenas de los dirigentes independentistas.
Las autoridades centrales dijeron que se cancelaron 57 vuelos de y a la región debido a la huelga general proclamada por los sindicatos favorables a la independencia. Varios piquetes cerraron los cruces de la frontera con Francia en los Pirineos y quemaron neumáticos o erigieron barricadas en diversas vías a través de la región.
Se redujeron significativamente los servicios ferroviarios y muchos negocios y fábricas permanecieron cerrados. La basílica de la Sagrada Familia, una atracción turística principal en el centro de Barcelona, cerró sus puertas debido a una concentración que impedía el acceso.
Miles de personas se sumaron a cinco marchas desde las poblaciones hacia el centro de Barcelona, donde esperan unirse a una concentración masiva con estudiantes y trabajadores. Agricultores participaban con sus tractores de las “marchas por la libertad” organizadas por los grupos independentistas ANC y Omnium.
El jueves por la noche se produjeron disturbios en diversas ciudades. En la capital, activistas de ultraderecha, opositores de la independencia, intentaron atacar una protesta separatista multitudinaria.
Las autoridades de salud dijeron que 42 personas resultaron heridas, la mayoría en la capital, y la policía regional arrestó a 16 manifestantes, ocho de los cuales quedaron detenidos.
El ministro interino del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo el viernes que las autoridades rastrean a “grupos minoritarios muy organizados que están provocando incidentes en lugares específicos”, y aseguró que “no quedarán impunes”.
Se ha arrestado a más de 200 personas desde que el movimiento separatista volvió a salir a las calles tras las condenas a nueve políticos y activistas separatistas.
Su antiguo dirigente, Carles Puigdemont, evitó el arresto al presentarse voluntariamente a declarar ante las autoridades judiciales belgas por una nueva orden de detención española luego de las condenas.
España quiere juzgar a Puigdemont por sedición y malversación de fondos públicos.
Puigdemont huyó a Bruselas a fines de 2017 tras el intento fallido de crear una nueva república en la región y desde entonces hace campaña por la independencia en la capital belga.
En mayo fue elegido al Parlamento Europeo, pero no pudo prestar juramento porque la junta electoral española dijo que no se presentó en Madrid a jurar la constitución de España.
El juez belga no le exigió el pago de una fianza, por lo cual parece improbable que se decrete su extradición en lo inmediato.
El dirigente separatista dijo a las autoridades belgas que rechaza el regreso forzado a España. Se le ordenó permanecer en Bélgica, pero sus abogados dijeron que puede solicitar permiso para viajar al exterior.
Puigdemont dijo a los periodistas afuera de la fiscalía en Bruselas que no temía a la justicia “de un tribunal justo”.
El ministro catalán de seguridad dijo el viernes que la violencia reciente no es representativa del movimiento separatista amplio y pacífico.
“Las imágenes que estamos viendo en Barcelona y en otras ciudades catalanas no se corresponden con las movilizaciones que se vienen haciendo en estos últimos años: cívicas y pacíficas”, dijo Miquel Buch.
Morenatti informó desde Barcelona, España. El periodista de AP Lorne Cook contribuyó a este despacho desde Bruselas.