El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este jueves a Japón para participar en la cumbre de líderes del G7, donde se espera que los dos grandes temas sean la guerra en Ucrania y las relaciones con China.
El avión presidencial Air Force One se posó en la pista de aterrizaje de la base militar estadounidense de Iwakuni (sudoeste de Japón) a las 15.58 hora local (06.58 GMT).
Biden fue el primero en bajar del avión con un paraguas de color negro que llevaba cerrado pese a la lluvia. Le siguieron varios miembros de la comitiva estadounidense, incluido el secretario de Estado, Antony Blinken.
Al líder estadounidense le recibieron entre otros el viceministro de Exteriores de Japón, Kenji Yamada, el alcalde de la ciudad de Iwakuni, Yoshihiko Fukuda, y el embajador de Estados Unidos en Japón, Rahm Emanuel, con el que se le vio hablar durante unos minutos.
Tras unos breves saludos, Biden entró a la base de Iwakuni, para estrechar la mano, hablar y hacerse fotos con algunos de los militares estadounidenses que estaba allí, todos vestidos de uniforme.
En la base de Iwakuni actualmente trabajan unas 14,000 personas, entre militares estadounidenses y personal japonés, según datos del Pentágono.
A continuación, Biden se desplazará a la vecina ciudad de Hiroshima, donde está previsto que se reúna con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, a las 18.00 hora local (9.00 GMT).
Hiroshima acogerá entre mañana, 19 de mayo, y el próximo domingo la cumbre anual de líderes de las siete principales economías del mundo (Canadá, Francia, Japón, Alemania, Italia, el Reino Unido y Estados Unidos).
Después del G7, Biden tenía previsto participar en el Foro de las Islas del Pacífico en Papúa Nueva Guinea y en la cumbre del Quad (EE.UU., Australia, la India y Japón) en Australia; pero, tuvo que suspender esas visitas para volver antes a Washington y negociar con la oposición republicana la suspensión del techo de deuda.
Biden y los republicanos tienen hasta el 1 de junio para llegar a un acuerdo y evitar que Estados Unidos entre en suspensión de pagos de su deuda soberana por primera vez en la historia.