El presidente estadounidense, Joe Biden, se mostró este jueves ‘harto’ de que las grandes empresas no paguen los impuestos que deben en Estados Unidos, por lo que insistió en que deberán aumentar sus contribuciones para sufragar su ambicioso plan de infraestructura con el objetivo de elevar la ‘competitividad’ del país.
Con un viejo puente al fondo de más de 70 años, y en la localidad Lake Charles (Luisiana), Biden retomó su gira por EE.UU. para defender su plan de infraestructura valorado en 2.3 billones de dólares.
“Nunca he visto una carretera republicana o demócrata. Solo veo carreteras”, subrayó al hacer un nuevo llamado al bipartidismo para sacar adelante el ambicioso plan en un estado, Luisiana, que votó mayoritariamente en su contra en las elecciones de noviembre pasado.
Biden insistió en que el plan no incrementará el déficit del país ya que será financiado por impuestos a las grandes empresas que, a su juicio, se han aprovechado en los últimos años de exenciones y rebajas de impuestos que no han aprovechado para invertir en EE.UU.
Su propuesta de inversión incluye subidas del impuesto de sociedades del 21 % actual al 28 %, así como alzas impositivas para las rentas más altas y las ganancias de capital. El plan, rechazado por los republicanos, debe ser aprobado en el Congreso, donde los demócratas cuentan con una mayoría muy estrecha.
Biden criticó que la mayoría de los beneficios del sector privado vayan dirigidos a los cada vez más excesivos salarios de los consejeros delegados y a planes de recompra de acciones para elevar el valor bursátil en vez de invertir en el país.
Contrastó esa carencia con el notable ritmo de inversión en investigación y desarrollo en China, algo que, apuntó, está provocando que el gigante asiático “le esté ganando la partida económicamente” a EE.UU. EFE