A medida que las personas avanzan en edad, especialmente después de los 50 años, la actividad física se vuelve cada vez más esencial para mantener la salud y la calidad de vida
. Expertos en salud y geriatría coinciden en que el ejercicio regular ayuda a prevenir enfermedades crónicas, mejorar el estado de ánimo y prolongar la independencia.
“Hacer ejercicio de forma constante es una de las mejores decisiones que una persona puede tomar para su salud física y mental después de los 50”, afirma el geriatra Dr. Juan Salcedo.
Beneficios clave del ejercicio a partir de los 50
El Dr. Salcedo explica que, en esta etapa, el metabolismo suele ser más lento y la masa muscular tiende a disminuir.
“El ejercicio ayuda a contrarrestar esta pérdida, fortalecer los huesos y mejorar la flexibilidad, reduciendo así el riesgo de caídas y lesiones.”
Además, el ejercicio aeróbico, como caminar, nadar o andar en bicicleta, contribuye a mantener el corazón saludable, lo cual es fundamental para prevenir enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de mortalidad en este grupo de edad.
Según la fisioterapeuta Carla Jiménez, los adultos mayores también obtienen beneficios emocionales al ejercitarse regularmente: “El ejercicio estimula la producción de endorfinas, mejorando el estado de ánimo y reduciendo los síntomas de depresión y ansiedad.”
Jiménez agrega que la actividad física también fomenta la interacción social, un factor importante para evitar el aislamiento en la adultez.
Recomendaciones para comenzar una rutina segura
Para quienes desean empezar a ejercitarse después de los 50, los expertos recomiendan hacerlo de manera progresiva y con orientación profesional.
La fisioterapeuta sugiere comenzar con ejercicios de bajo impacto, como caminar o realizar yoga, y poco a poco ir aumentando la intensidad según las capacidades individuales.
El Dr. Salcedo aconseja, además, combinar ejercicios de fuerza, como el levantamiento de pesas ligeras o el uso de bandas de resistencia, con actividades aeróbicas y de flexibilidad
. “Una rutina completa no solo ayuda a mejorar el estado físico, sino que también protege las articulaciones y fortalece el equilibrio, factores clave para evitar caídas”, asegura.
Precauciones y apoyo profesional
Antes de iniciar cualquier programa de ejercicio, los especialistas recomiendan consultar a un médico para evaluar el estado de salud y prevenir posibles complicaciones. Carla Jiménez destaca que «los adultos mayores deben prestar especial atención a las señales de su cuerpo y evitar ejercicios que causen dolor o incomodidad.»
Asimismo, sugiere practicar actividades en entornos seguros y bien iluminados, para reducir el riesgo de accidentes.
En conclusión, hacer ejercicio después de los 50 no solo mejora la salud física y emocional, sino que es una herramienta poderosa para preservar la independencia y disfrutar de una vida plena y activa.