Gennady Golovkin y Saúl “Canelo” Álvarez tuvieron que seguirle los pasos a un circo la última vez que se enfrentaron hace un año.
La función de payasos estelarizada por Floyd Mayweather Jr., y Conor McGregor semanas antes le hizo sombra a una pelea del título mediano que resultó ser de alta calidad. Golovkin y Álvarez protagonizaron una pelea de verdad y que tuvo de todo ó salvo a un ganador.
Los dos vuelven a medirse la noche del sábado en una revancha en Las Vegas que promete ser mejor. Los títulos de las 160 libras vuelven a estar en juego al tratar de definir lo que no pudieron en el empate en septiembre pasado.
Y ahora es algo personal.
El dopaje de Álvarez hizo posponer la revancha, pautada para mayo en principio. También prendió un debate que dejó a Golovkin cuestionando abiertamente la excusa de la carne contaminada en México y sobre si Álvarez estaba limpio en el primer pleito.
“No me creo su cuento de la carne contaminada”, dijo Golovkin. “Me parecen sandeces. No me gusta se sale con sus sandeces sobre la carne contaminada”.
Para fortuna de Golovkin, el kazajo no ha tenido que escuchar mucho a su rival. Solo una vez han coincidido en una sala desde el anuncio de la pelea, en la conferencia de prensa previa que se realizó el miércoles. Álvarez quedó tan irritado por las declaraciones de Golovkin que declinó hacer el tradicional cara a cara con Triple G para los fotógrafos.
Cuando vuelvan a toparse la noche del sábado lo harán con un rencor que no se vio en la primera pelea.
“Cargo una furia, pero la voy a usar a mi favor en esta pelea”, afirmó Álvarez. “Estoy harto de todas las estupideces que han estado diciendo. El sábado le cerraremos la boca”.
La pelea tenía que darse sí o sí tras el empate, pero estuvo a punto a naufragar debido al positivo de Álvarez por clembuterol poco antes de iniciar sus entrenamientos para la fecha original de la revancha, en mayo. El mexicano fue suspendido seis meses por la Comisión Atlética de Nevada, y luego los representantes Golovkin exigieron una mejor repartición de la bolsa con respecto a la primera cita.
Un acuerdo de último minuto resolvió el conflicto por la bolsa, con Triple G más cerca del 50-50 que pidió. Los dos cobrarán millones para una pelea con boletos agotados y que será televisada con pago por ver a un costo 84.95 dólares en Estados Unidos.
Ahora la revancha tiene que estar a la altura de todo el ruido mediático. Eso quiere decir que ambos deberán arriesgar más que en la primera pelea, reñida y entretenida pero sin caídas o golpes memorables.
“Solo quiero que él (Álvarez) cumpla con lo que ha dicho y salga a buscar el nocaut”, dijo el entrenador de Golovkin, Abel Sánchez. “Si sale con esa intención, nos espera una tremenda pelea”.
Sánchez ha llevado la voz cantante de la promoción, ya que ambos boxeadores no son muy locuaces con el inglés. Sánchez ha tratado de provocar a Álvarez, al afirmar que el mexicano se la pasó corriendo en la primera pelea, rehuyéndole a Triple G, cuando lo cierto es que Canelo apeló a su habilidad como contragolpeador para absorber la potente pegada del kazajo que se ha radicado en Los Ángeles.
“Le ha prometido a la afición que lo va a noquear, pero para hacer eso tienes que tener alcance”, dijo Sánchez. “Para ganar una pelea tiene que tener el deseo de ganarla. Nadie va a pagar 90 dólares para ver a alguien corriendo”.
Golovkin acostumbrado a noquear
Golovkin, campeón mediano durante ocho años, ostenta una foja de 38-0-1 con 34 nocauts, alguien acostumbrado a noquear a todo el que se le pare enfrente. Pero sufrió 12 asaltos ante Daniel Jacobs y se fue toda la distancia con Álvarez. Varios creen que sus virtudes han empezado a decaer a los 36 años.
Álvarez tiene a su favor la experiencia de sobrevivir los 12 asaltos con Triple G y que sabe cómo esquivar sus golpes más fuertes. La foja del mexicano es de 49-1-2 con 34 nocauts, y su única derrota fue hace cinco años ante Mayweather.
“Todas las noches antes de dormir me imagino lo que voy a hacer, y eso es noquearlo”, dijo Álvarez.
En la primera pelea, en la que Associated Press anotó una igualdad 114-114, Álvarez reaccionó en los últimos rounds para sacar un empate que fue controversial debido a que una jueza vio ganador a Canelo con una desigual tarjeta 118-110.
Pero ambos aseguran están conformes con los jueces para la revancha, y dudan que incidirán ahora.
“Es un poco diferente”, dijo Golovkin. “Es una pelea de verdad, una guerra de verdad”.