La paz ha llegado a la organización de las Águilas Cibaeñas, al menos por el momento. Los vientos tempestuosos que azotaron a una de las organizaciones más representativas de la Liga de Béisbol Profesional de República Dominicana (Lidom) se tornaron ligeros luego de la juramentación, el pasado sábado, de la directiva que encabeza Adriano Valdez Russo.
Para asegurar la tranquilidad, el presidente de la Liga, Vitelio Mejía, juramentó a Valdez Ruso al finalizar la asamblea general ordinaria.
Tampoco fue tan sencillo, en especial su inicio y parte del encuentro. La seguridad fue acentuada, al ritmo de que según fuentes con conocimiento del proceso, “parecía que Donald Trump” llegaba al encuentro. Y nada que ver. Además durante el proceso del encuentro se hizo necesario detenerlo y una razón fue que algunos accionistas alegadamente “insultaron” al presidente de la Liga, entre otros, se menciona a José Augusto Vega.
Las Águilas tiene dos grupos, en uno de los cuales se encuentran Winston –Chilote- Llenas, Fabio Augusto Jorge, entre otros y la otra ala la encabezan los Sánchez, liderada por Juanchy.
Durante la reunión llegó un momento en que fue necesaria “una reunión”, aparte de la asamblea, para calmar los ánimos, la cual dirigió el presidente de Lidom y aquí tomaron parte al menos dos representantes de cada flanco.
El acto de juramentación llevado a cabo por Mejía mantendrá una paz al menos aparente, aunque, según uno de los allegados a la organización en las Águilas “no habrá paz por mucho tiempo”, en especial por el manejo de Valdez Russo.
Juanchy Sánchez, Fabio Augusto Jorge y Kilvio Hernández son los que más acciones tienen en el conjunto cibaeño. Valdez Russo, según se dijo, reuniría alrededor del 5 por ciento de las acciones del equipo, unas 30 menos que Juanchy.
La falta de paz es “porque ellos –el grupo de Valdez- tienen un plan muy definido en evitar que haya armonía”.
De todas formas, Mejía “tenía que hacer eso –juramentar- porque a la Liga no le conviene” una relación de conflicto. “Él tiene que velar por la mejor imagen de la liga”.
Por buen espacio del anterior presidente de Lidom, Leonardo Matos Berrido, éste podía ejecutar, de cuenta propia si fuera necesario, en caso de desavenencias de un equipo que pusiera en peligro la organización y la Liga como tal.
Eso ha cambiado según los estatutos de los pasados cuatro años. Lo refleja de forma escueta el párrafo 3 del Capítulo IV de los estatutos de Lidom, referente a Franquicias. Solo que en este caso requerirá del voto de al menos cuatro de los dueños de cuatro de los asociados, dispondrá lo necesario para la intervención provisional de la franquicia de que se trate para que esta sea manejada directamente por la Liga, hasta la completa superación o terminación de la situación que hubiese motivado la decisión adoptada o hasta la expulsión definitiva del asociado, todo conforme al criterio soberano de la Asamblea de Asociados”.
El párrafo 3 sugiere en sus últimas líneas que la “persona moral o jurídica” será la responsable de los costos económicos y financieros de la operación del equipo y deberá entregar los fondos necesarios a la Liga para tales fines.
Las Águilas están distantes del cuadro anterior presentado, pero hay puntos que a sus ejecutivos los mantienen inquietos.
En los tribunales aún reposan asuntos sin resolver y según reportes se cree que surgirán más. Y es que hay “cosas” indefinidas, como los derechos de transmisión internacional, daños y perjuicios.
La situación del equipo está normal y “creo que va a seguir normal porque ellos decidieron el control de las Águilas”, dijo la fuente.
Ahora bien, “¿qué provocaría que se convierta en anormal?: “Que surjan las nuevas demandas, y según parece hay intenciones de nuevos enfrentamientos”.