El cambio climático, un mecanismo para enfrentar las deudas provocadas por la pandemia y la crisis en Haití fueron las tres acciones que el presidente Luis Abinader planteó ayer ante la 76 Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, en la que hizo más énfasis fue en la coyuntura haitiana, una situación dramática que para encararla solicitó con “altísima prioridad” la colaboración internacional, debido a que “no hay, ni habrá jamás una solución dominicana a la crisis de Haití”.
Y es que, durante décadas, los infortunios han acompañado al vecino pueblo del oeste de La Hispaniola, pero con el asesinato de su presidente Jovenel Moïse -el 7 de julio- la crisis política tocó fondo.
Escenario aciago al que se sumaron las repercusiones de un terremoto de 7.2 grados, el pasado 14 de agosto, que provocó la muerte de más de 2 mil personas y empeoró su situación económica y social, también lacerada desde hace más de un año por la acción de bandas criminales que aterrorizan varias regiones del país caribeño.
Aunque directamente no mencionó las deportaciones de EE.UU. con los miles de haitianos en Texas, Abinader precisó: “Nuestro país ha encarado, prácticamente solo, estas consecuencias”, y dijo que ninguna acción unilateral superará la crisis.
Reiteró que la comunidad internacional no puede abandonar al pueblo haitiano, el cual por sí solo no podrán establecer el orden.
En ese sentido, consideró que lo primero es la seguridad de esa nación y luego organizar las elecciones libres y transparentes.
Una vez Haití tenga un nuevo gobierno, expresó el presidente, se deberá preparar un verdadero plan integral de desarrollo económico y social, con todos los recursos, y apoyado por la comunidad internacional. Dijo que ya no se puede pensar únicamente en medidas de carácter humanitario.
Abinader también solicitó a los países industrializando canalizar los US$650,000 millones que recibieron del Fondo Monetario Internacional (FMI) hacia las naciones de ingresos medios y bajos. Expresó que esa cantidad, correspondiente a Derechos Especiales de Giro, fue captada por las grandes naciones, los cuales son “los que menos necesitan”.
En el mecanismo que plantea el mandatario, los organismos financieros multilaterales tendrían un rol de primer orden y, de esta manera, asegurarían que esos recursos lleguen a los países que realmente los necesitan.
De igual manera, pidió a los países con mayor generación de dióxido de carbono (CO2), factor causante del calentamiento global, sean los que paguen la restauración de los recursos naturales.