NACIONES UNIDAS — Las pandillas en Haití podrían tomar el control de Puerto Príncipe, lo que llevaría a un colapso total de la autoridad gubernamental si no hay apoyo internacional adicional para la atribulada policía nacional del país, advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres.
En un informe publicado para coincidir con una reunión del Consejo de Seguridad el miércoles sobre la deteriorada situación en el país más pobre del hemisferio occidental, Guterres enfatizó que “el tiempo es esencial”.
Los retrasos adicionales en proporcionarle a la policía más agentes para la fuerza multinacional que intenta frenar la violencia de las pandillas, o en dar asistencia bilateral adicional, “conllevan el riesgo de un colapso catastrófico de las instituciones de seguridad nacional”, advirtió.
“Esto podría permitir que las pandillas tomen el control de toda el área metropolitana, lo que resultaría en un colapso completo de la autoridad estatal y haría insostenibles las operaciones internacionales en el país, incluidas aquellas para apoyar a las comunidades necesitadas”, afirmó Guterres.
Le dijo al Consejo de Seguridad: “Debemos hacer urgentemente todo lo que esté en nuestro poder para evitar tal resultado
Kenia encabeza la fuerza policial multinacional.
El fin de semana llegaron 217 agentes adicionales, con lo que su despliegue total se elevó a más de 600, aunque está por debajo de los 1.000 agentes que prometió el presidente de ese país.
También han arribado 150 guatemaltecos y un equipo avanzado de ocho efectivos salvadoreños, pero el número total sigue siendo muy inferior a sus 2.500 agentes previstos.
El poder de las pandillas en Haití ha crecido desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.
Se reportó que más de 5.600 personas fueron asesinadas en el país caribeño el año pasado, según Naciones Unidas. El número de homicidios aumentó en más del 20% en comparación con todo el 2023, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
María Isabel Salvador, enviada especial de la ONU para Haití, le dijo al Consejo de Seguridad que la violencia de las pandillas ha obligado a más de un millón de haitianos a huir de sus hogares. Muchos de ellos se han hacinado en refugios improvisados e insalubres después de que hombres armados arrasaran sus casas.
La crisis humanitaria en Haití también ha alcanzado “niveles alarmantes”: casi 2 millones de personas enfrentan niveles de inseguridad alimentaria de emergencia y 6.000 están en condiciones catastróficas, con la posibilidad de caer en inanición.
Guterres dijo que la policía nacional está en “un estado precario”, pero continúa las operaciones contra las pandillas a pesar de que enfrenta escasez de agentes, equipo y financiamiento.
Los gobernantes de Haití han pedido una fuerza de paz de la ONU para reemplazar a la fuerza multinacional, y el consejo permanente de la Organización de los Estados Americanos, Estados Unidos y docenas de otras naciones han apoyado la solicitud.
La fuerza multinacional está financiada por un fondo fiduciario para el que sólo se han prometido 101,1 millones de dólares, mientras que una fuerza de la ONU sería financiada desde el presupuesto del organismo mundial para el mantenimiento de la paz.