Santo Domingo (EFE).- La República Dominicana y Haití reanudaron las conversaciones para tratar la situación generada el año pasado por la construcción de un canal de riego en el lado haitiano del fronterizo río Masacre-Dajabón, que el Gobierno dominicano considera ilegal.
En un comunicado, el Ministerio dominicano de Exteriores explicó este jueves que delegaciones de ambas naciones, encabezadas por los respectivos cancilleres, se reunieron el martes y el miércoles de esta semana en la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington.
Ambas partes compartieron sus puntos de vista sobre el tema y exploraron diversas opciones “para llegar a una solución justa, equitativa y razonable, de acuerdo con lo estipulado en el Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje del 20 de febrero de 1929 y el derecho internacional que rige la materia”, añadió.
Los dos países, que comparten la isla La Española, coincidieron en la necesidad de llevar a cabo un estudio técnico, con el apoyo de una organización internacional calificada y seleccionada de común acuerdo, para determinar la realidad hidrológica, ambiental y social de la cuenca del río Dajabón-Masacre, tanto en el lado oriental dominicano como en la parte occidental haitiana.
Las discusiones, que se realizaron “de manera constructiva”, también giraron en torno a otros temas de la agenda binacional, como la migración, el comercio y la seguridad transfronteriza, agregó la nota.
Al término del encuentro, ambas partes acordaron continuar la conversación “en una próxima oportunidad».
El Gobierno dominicano dispuso el 15 de septiembre pasado una serie de medidas que incluían desde el cierre total de las fronteras hasta la suspensión de la expedición de visados a ciudadanos haitianos, debido a la construcción en Haití del polémico canal para desviar agua del río Masacre-Dajabón.
Un mes después, las autoridades dominicanas flexibilizaron las medidas y permitieron la apertura parcial de la frontera, pero los haitianos decidieron durante tres meses no participar en el mercado binacional que se celebraba dos veces a la semana en varios puntos limítrofes, principalmente en Dajabón, en el noroeste dominicano.
La República Dominicana asegura que el desvío del cauce natural del río (Masacre de la parte haitiana y Dajabón del lado dominicano) dejaría sin fuente de agua al humedal Laguna Saladillo (uno de los principales del país y la región), afectaría a miles de hectáreas de tierras a ambos lados de la frontera y amenazaría la vida de personas de las dos partes por la eventual crecida del río.
Contrario a la posición dominicana, el Gobierno de Haití defiende la obra, que es de carácter privado, y ha dado garantías a la continuación de estos trabajos. La situación de crisis llegó hasta la OEA que, a solicitud de ambos países, creó una comisión, que deberá rendir un informe al respecto.