Puerto Príncipe (EFE).- El expresidente de Haití Michel Martelly y los exlegisladores Youri Latortue y Prophane Victor son señalados como financieros y promotores de las bandas armadas que aterrorizan a Haití en un informe del Grupo de Expertos de la ONU dado a conocer este jueves.
El informe asegura, que los políticos y las élites económicas que desean obtener votos o proteger sus bienes “suelen pagar a las bandas en especie o en metálico, una práctica que ha enriquecido progresivamente a las bandas y les ha dado más poder».
En los dos últimos años, las bandas han encontrado formas de financiar sus actividades de forma independiente- saqueos, secuestros y extorsión a los usuarios de las carreteras en Haití, pendiente del despliegue de una fuerza multinacional, que liderará Kenia, para ayudar a garantizar la seguridad en esta nación.
Martelly, ¿presidente gángster?
Michel Martelly, quien gobernó entre 2011 y 2016, “utilizó a las bandas para extender su influencia en los barrios con el fin de hacer avanzar su agenda política, contribuyendo así a un legado de inseguridad cuyos efectos aún se dejan sentir”, señala el informe del Grupo de Expertos, creado mediante una resolución de 2022 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Martelly, quien llegó al poder tras una larga carrera como cantante, financió varias bandas, como Base 257, Village de Dieu, Ti Bois y Grand Ravine, proporcionándoles fondos o armas de fuego “para impedir manifestaciones contra el Gobierno en Pétion-Ville, en particular a partir de 2014”, agrega la investigación.
El expresidente también utilizó intermediarios, incluidas fundaciones y miembros de su círculo íntimo, para establecer relaciones y negociar con otras bandas. Arnel Joseph, antiguo jefe de la banda Village de Dieu, declaró que hablaba regularmente con un intermediario que trabajaba en la unidad de escolta de Martelly, y añadió que este intermediario le entregaba armas de fuego y grandes sumas de dinero.
El documento menciona un video en el que Ti Lapli, uno de los actuales líderes de Grand Ravine, explica que Martelly entregó a Tet Kale (antiguo líder de Grand Ravine) un fusil Galil de 5,56 mm perteneciente a la policía y un fusil del mismo tipo a Chrisla, líder de la banda Ti Bois. Utilizar las bandas para controlar la política.
De 2016 a 2020, Prophane Victor fue diputado por Petite Rivière, en el departamento de Artibonite, una región con crecientes niveles de violencia y control de las bandas.
Para garantizar su elección en 2016 y su control sobre la región, Victor comenzó a armar a jóvenes de Petite Rivière, que luego formaron la banda Gran Grif, actualmente la más grande del departamento de Artibonite y la más responsable de violaciones de derechos humanos, incluida la violencia sexual.
Victor, sancionado este año por Canadá, siguió apoyando al Gran Grif hasta 2020, cuando él y la banda se enemistaron por las promesas incumplidas durante el periodo electoral, agrega el informe.
Por su lado, Youri Latortue, natural de Gonaïves y expresidente del Senado entre 2017 y 2018, ejerce un control considerable sobre la vida política y económica del departamento de Artibonite, en particular mediante el uso de bandas como Raboteau, a las que financia y arma, según los expertos.
Latortue, sancionado por Canadá y Estados Unidos por ayudar a las bandas, también financió a la banda Kokorat Sans Ras, un grupo extremadamente violento del departamento de Artibonite, según la denuncia El exsenador se servía de las bandas “para que le proporcionasen una estrecha protección y para destruir bienes”, agrega el informe.
El Grupo de Expertos afirmó que recibió recientemente un vídeo en el que Barbecue, líder de una banda, afirmaba que el Latortue le había entregado 30.000 dólares.
Tras las informaciones recabadas, el Grupo de Expertos recomienda que el Consejo de Seguridad aplique el embargo de armas selectivo a todos los agentes no estatales en Haití y no sólo a las personas y entidades objeto de las sanciones, con exenciones para el equipo adquirido para uso exclusivo de las Naciones Unidas, las organizaciones regionales, las representaciones diplomáticas o en el contexto de un posible apoyo extranjero a la Policía de Haití.
También anima a los Estados miembros a que apoyen el refuerzo de la capacidad de los servicios aduaneros y de control fronterizo de Haití para luchar contra la delincuencia transnacional.
Por último, pide a apoyar el refuerzo de la integridad y la capacidad del sistema judicial para poner fin a la impunidad, en particular a las bandas y sus patrocinadores y quienes están implicados en la malversación de fondos públicos.