Un equipo investigador de la Universidad británica de Oxford presentó este martes un ensayo clínico que se desarrollará en el Reino Unido para probar la «eficacia y la seguridad» de un nuevo tratamiento, Tecovirimat (TPOXX), en personas diagnosticadas con viruela del mono.
Entre los síntomas típicos de la enfermedad, declarada en julio emergencia pública sanitaria de interés internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS), figuran sarpullidos y dolorosas ampollas en la piel, fiebre, dolor muscular, inflamación de glándulas linfáticas y, raramente, podrían generar complicaciones severas.
Si bien las vacunas utilizadas para tratar la viruela podrían reducir el riesgo de contagio del virus, actualmente no existen tratamientos que aceleren la recuperación en personas afectadas.
Según explicaron hoy en un encuentro virtual el experto de la Universidad de Oxford Peter Horby, especialista en infecciones emergentes y director del nuevo Instituto de Ciencias de la Pandemia y líder del ensayo; y Martin Landray, profesor de medicina y epidemilogía del citado centro académico.
El nuevo estudio, según remarcaron, pondrá a prueba en pacientes no hospitalizados la «eficacia y seguridad de tecovirimat, un tratamiento antiviral desarrollado inicialmente para la viruela».
El tecovirimat evita que el virus abandone las células infectadas, frenando su propagación dentro del cuerpo. Actualmente se emplea para el tratamiento de pacientes con complicaciones severas por viruela del mono que han sido hospitalizados, pero hasta la fecha no hay ensayos que confirmen si ese medicamento puede ayudar a estos enfermos a recuperarse de la enfermedad.
En la rueda de prensa, Horby dijo que este país ha experimentado «un dramático incremento de casos» y apuntó que la viruela del mono es «una infección angustiosa, que ocasiona síntomas bastantes severos en ocasiones, en la que hay complicaciones (…) y un 10 por ciento de los pacientes termina hospitalizado».
«Algunas de estas complicaciones son bastante desagradables, como las infecciones bacterianas (…) y, raramente, la muerte», recordó el experto, al tiempo que subrayó la importancia de hallar la manera de «frenar la transmisión».
Con el nuevo ensayo, con el que esperan reclutar 500 voluntarios, se quiere comprobar «si este fármaco es seguro, si es efectivo y el objetivo es encontrar un tratamiento para ayudar a los pacientes a recuperarse antes, a reducir los síntomas, y a reducir las complicaciones».